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El Ministerio de Sanidad activó este lunes un mapa más preciso para medir el impacto del calor en la salud, dividido ahora en más de 180 zonas geográficas, cada una de las cuales lleva asociado un umbral de temperatura máximo a partir del cual se dispara la mortalidad y una serie de medidas para evitarlo.
El nuevo mapa mantiene las 52 unidades de referencia provinciales que tenían los anteriores, uno por cada capital de provincia más las ciudades autónomas, pero este año añade como novedad más de un centenar de zonas de meteosalud, áreas de territorio que mantienen un comportamiento de temperatura homogéneo y de las que puede haber varias en una sola provincia.
Así, el mapa de zonas estudiadas se eleva de 52 a 182, tal y como contempla el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos de los Excesos de Temperaturas Sobre la Salud, que el Ministerio lleva usando más de 20 años para calcular los efectos del calor en la salud y que estará vigente -como mínimo, ya que se puede ampliar si así lo exigen las circunstancias- hasta el 30 de septiembre.
Desde el pasado 16 de mayo están activas las alertas a nivel provincial, ya que la Comisión Interministerial para la aplicación efectiva del Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud decidió aplazar a hoy la puesta en marcha de las nuevas áreas de meteosalud.
Para cada una de estas áreas, y con la información que proporciona diariamente la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el plan asigna un umbral máximo de temperatura a partir del cual se disparan los efectos nocivos del calor y que, dada la enorme variabilidad geográfica de España, no son los mismos en todas partes.
Así, el plan reserva los topes más altos a las capitales andaluzas (que van de los 35,5 grados Celsius de Almería y los 37,2 de Málaga a los 40,5 de Sevilla y a los 41,4 en Córdoba, el más alto de toda España), extremeñas (37,2 en Cáceres y 40 en Badajoz) y la murciana (38,8).
En Castilla-La Mancha, se mueven entre los 36 de Cuenca, los 37,9 de Toledo y los 38,1 de Ciudad Real; en Aragón, el umbral máximo lo tiene Zaragoza (38) frente a los 36,7 de Teruel y los 34,5 de Huesca y en Cataluña, Lleida tiene el mayor valor (37,9) y Barcelona el más bajo (31).
Madrid tiene asignados 35,6 grados; La Rioja 34,5 y Navarra, 34,4; en Galicia se da la mayor variabilidad, con 27,5 en A Coruña pero 37,4 en Ourense; en Castilla y León, el umbral de riesgo es de 36,1 grados en Zamora, 36,9 en Valladolid y 35,3 en Salamanca, que desciende a valores que rondan los 33 en el resto.
Los mismos 33 grados o poco más están fijados para Araba y Bizkaia, Las Palmas, Baleares, Ceuta y Melilla, y unas décimas menos en Alicante (31,8) y Castellón (32,8). Los valores más bajos los tienen Cantabria (26,6) y Asturias (26,4).
Por cada grado que la temperatura ambiente supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad atribuible a las altas temperaturas crece entre un 9,1 % y un 10,7 %, es decir, por cada día que hay un episodio de calor extremo, la mortalidad se incrementa, de media, en 3 defunciones al día.
Dependiendo del número de días en los que se superan esos umbrales, el plan determina cuatro niveles de riesgo, que van del ‘Nivel 0′ al ‘Nivel 3′, cada uno de los cuales lleva una serie de medidas aparejadas para coordinar a todos los agentes implicados, desde los distintos ministerios y responsables autonómicos a profesionales sanitarios y servicios sociales.
17 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia