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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha insistido en el fortalecimiento del papel del sector de la salud en la prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres y para garantizar su bienestar y seguridad.
Las estimaciones publicadas por la OMS indican que, a nivel mundial, alrededor del 30%, 1 de cada 3 mujeres en todo el mundo, han sido sometidas a violencia física y/o sexual por parte de su pareja o violencia sexual externa.
Bajo este panorama, el sector de la salud emerge como un actor crucial, capaz de desempeñar un papel significativo en la prevención y respuesta a esta problemática. Desde el mismo, no solo se aboga por la intolerancia hacia la violencia contra las mujeres, sino que también promueve su abordaje como un problema de salud pública.
Desde la OMS se destaca, en concreto, el papel importante que tiene que desempeñar dicho sector para brindar atención médica integral a las mujeres sometidas a violencia y como punto de entrada para derivar a las mujeres a otros servicios de apoyo que puedan necesitar.
La prevención de la violencia es otro pilar fundamental. Esto, según la OMS, se logra mediante la identificación temprana de mujeres y niños que sufren violencia, facilitando derivaciones y brindando un apoyo adecuado.
La realización de encuestas poblacionales y la inclusión de la violencia contra las mujeres en estudios demográficos y de salud son pasos clave, tal como identifica la Agencia de Salud de la ONU, para comprender la magnitud del problema y diseñar estrategias efectivas.
Suma de factores
Tal como ha identificado la Organización, la violencia sexual y de pareja es el resultado de factores que ocurren a nivel individual, familiar, comunitario y de la sociedad en general, que interactúan entre sí para aumentar o reducir el riesgo (protección). Algunos están asociados con ser perpetrador de violencia, algunos están asociados con experimentar violencia y otros están asociados con ambos.
Como se remarca desde la OMS, la violencia sexual causa graves problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva a corto y largo plazo en las mujeres. También afectan la salud y el bienestar de sus hijos. Esta violencia genera altos costos sociales y económicos para las mujeres, sus familias y las sociedades.
En colaboración con sus socios, la OMS ha recordado su compromiso para construir una base de evidencia sólida, fortalecer la investigación y la capacidad, desarrollar directrices y herramientas de implementación, apoyar la implementación a nivel nacional y global, y colaborar con otras agencias e iniciativas internacionales para combatir y eliminar la violencia contra las mujeres en todo el mundo.
26 marzo 2024| Fuente: IMMédico| tomado de | Noticia