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Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer. En parte se debe a la edad: la edad avanzada es el principal factor de riesgo de padecer Alzheimer. Pero los investigadores del Alzheimer siguen buscando otras razones por las que las mujeres tienen un mayor riesgo de padecer esta mortal enfermedad neurodegenerativa.

El estrés puede ser una de esas razones. Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis muestra que el efecto del estrés en el cerebro difiere según el sexo, al menos en ratones. En situaciones de estrés, los niveles de la proteína beta amiloide del Alzheimer aumentan bruscamente en el cerebro de las hembras, pero no en el de los machos. Además, los investigadores identificaron una vía molecular activa en las células cerebrales de las hembras, pero no en las de los machos, y demostraron que explica las respuestas divergentes al estrés.

Los resultados, publicados el 2 de mayo en la revista Brain, se suman a la creciente colección de pruebas de que el sexo (masculino, femenino) es importante en temas de salud y de enfermedad. Desde el cáncer a las cardiopatías, pasando por la artritis, los científicos han descubierto diferencias entre machos y hembras que podrían afectar al modo en que hombres y mujeres responden a los esfuerzos por prevenir o tratar las enfermedades crónicas.

«Cómo responden las mujeres al estrés frente a cómo lo hacen los hombres es un área de investigación importante que tiene implicaciones no sólo para la enfermedad de Alzheimer, sino también para otras afecciones», afirma la coautora Carla M. Yuede, profesora asociada de psiquiatría. «En los últimos años, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) han dado prioridad a la comprensión de las diferencias de sexo en medicina. El estrés es un área en la que se aprecia claramente una diferencia entre hombres y mujeres. Este estudio demuestra que reducir el estrés puede ser más beneficioso para las mujeres que para los hombres, en términos de disminución del riesgo de enfermedad de Alzheimer.»

El estrés entra en la categoría de factores de riesgo socioeconómicos, junto con factores como la depresión y el aislamiento social, que en conjunto suponen aproximadamente el 8% del riesgo de desarrollar Alzheimer. Ese cálculo del riesgo, sin embargo, no tiene en cuenta el género. Las mujeres declaran sistemáticamente mayores niveles de estrés que los hombres, y el estrés afecta al organismo de las mujeres de forma diferente al de los hombres en muchos aspectos, como la salud cardiovascular, las respuestas inmunitarias y otras cuestiones.

El Dr. John Cirrito, profesor asociado de neurología, Yuede y Hannah Edwards, primera autora y estudiante de posgrado en el laboratorio de Cirrito, pensaron que el estrés también podría afectar al cerebro de las mujeres de forma diferente al de los hombres, y que estas diferencias podrían ayudar a explicar el desequilibrio entre sexos en la enfermedad de Alzheimer.

Para averiguarlo, midieron los niveles de beta amiloide -una proteína clave del Alzheimer- en los cerebros de ratones cada hora durante 22 horas, comenzando ocho horas antes de que los ratones experimentaran estrés. La experiencia fue igual de estresante para ratones machos y hembras, según los niveles de hormonas del estrés en sangre. Pero las respuestas cerebrales no fueron las mismas.

En los ratones hembra, los niveles de beta amiloide aumentaron significativamente en las dos primeras horas y se mantuvieron elevados hasta el final del periodo de seguimiento. En los ratones macho, los niveles cerebrales de amiloide no cambiaron en general, aunque alrededor del 20% de ellos mostraron un aumento retardado y débil de los niveles de amiloide.

Otros experimentos revelaron que la diferencia se reduce a una vía de respuesta al estrés celular en las células cerebrales. El estrés provoca la liberación de una hormona conocida como factor liberador de corticotropina. Las neuronas de roedores hembra absorben la hormona del estrés, lo que desencadena una cascada de acontecimientos que provoca un aumento de los niveles de beta amiloide en el cerebro. Por el contrario, las neuronas de los roedores macho carecen de la capacidad de absorber la hormona del estrés. Se desconoce si existen diferencias de sexo similares en el modo en que las neuronas humanas captan las hormonas del estrés.

«Hay una diferencia biológica fundamental entre machos y hembras en cómo responden al estrés a nivel celular, tanto en ratones como en personas», afirma Cirrito. «No creemos que el estrés sea el único factor que impulsa la diferencia de sexo en la enfermedad de Alzheimer. Hay muchas otras diferencias entre hombres y mujeres -en hormonas, estilo de vida, otras enfermedades que padecen- que sin duda contribuyen de alguna manera. Pero que el estrés esté impulsando un aspecto de esta diferencia de sexo creo que es muy probable».

 

Mayo 02/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Alzheimer’s disease & dementia – Endocrinology & Metabolism  Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

 

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