El 85 por ciento de los pacientes que precisan diálisis jamás estarán entre los 4 000 que integran la lista de espera para recibir un trasplante, de modo que vivir, para ellos, es sinónimo de estar atado a una máquina.

Son enfermos crónicos renales, una enfermedad cada vez más prevalente que, según se calcula, será en 2100 la segunda causa de mortalidad mundial.

Sin embargo, los nefrólogos, pacientes y organizaciones se quejan de la poca atención que se presta desde las instituciones a esta enfermedad crónica de la que, admiten, hay que hacer más prevención.

La Sociedad Española de Nefrología (SEN) ha organizado en el Ministerio de Sanidad unas jornadas que, entre otros objetivos, buscaban visibilizar la enfermedad renal.

En ellas han reclamado un plan nacional con medidas de prevención para frenar el crecimiento de la enfermedad renal. Daniel Gallego, enfermo y presidente de ALCER, la federación para la lucha de enfermedades del riñón, ha ejemplificado hasta qué punto afecta la dolencia en el día a día. ‘Implica riesgo de exclusión social, pérdida de productividad en el trabajo, reducción de la capacidad económica, restricciones nutricionales y de la vida social, y todo eso tiene un impacto psicológico’, ha expuesto Daniel Gallego.

Y aunque ha reconocido el gran esfuerzo de la Organización Nacional del Transplante que hace de España líder en número de intervenciones, recuerda que la gran mayoría de los pacientes jamás podrán someterse a un trasplante, además de que la duración de un órgano en los jóvenes es de unos 12 años.

Alcer, al igual que el resto de organizaciones presentes en la mesa redonda, reclama programas educativos y de prevención, porque una de cada cuatro personas que tiene enfermedad renal aún no lo sabe y está por diagnosticar.

En el marco del Día Mundial del Riñón que se celebra este 9 de marzo bajo el lema ‘Preparándonos para lo inesperado, apoyando a los vulnerables’, la presidenta de la SEN, Patricia de Sequera, ha llamado la atención sobre la especial vulnerabilidad de estos pacientes en situaciones de emergencia sanitaria como la covid-19, una borrasca como la de Filomena o la guerra.

La preparación para eventos inesperados es muy importante para los pacientes renales, ya que su difícil situación puede agravarse aún más ante cualquier imprevisto.

‘Los gobiernos deben incluir planes de preparación para emergencias, los servicios de atención de la salud deben contar con los protocolos y recursos necesarios para garantizar un acceso equitativo y adecuado, y los pacientes deben saber cómo prepararse y actuar’, ha destacado.

De hecho, los enfermos renales fueron uno de los colectivos más afectados por la pandemia, porque, a diferencia del resto de población, durante el confinamiento no podían quedarse en casa: estaban obligados a ir tres veces por semana a diálisis y por eso la tasa de contagios de covid-19 fue muy alta entre ellos.

El número de españoles que necesitan diálisis o trasplante para poder seguir viviendo alcanza ya las 65 740 personas. Un total de 7 084 personas iniciaron diálisis o trasplante en 2021.

La enfermedad renal crónica afecta a entre un 10 y un 15 % de la población adulta en España, y se sitúa entre las 10 primeras causas de mortalidad en España: su prevalencia ha crecido un 30 % en la última década.

marzo 05/2023 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

marzo 5, 2023 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Nefrología, Neurofisiología, Salud Pública |

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