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De entre miles de proteínas sanguíneas, unas catorce tienen alguna relación causal con el riesgo de padecer formas graves de covid-19. El hallazgo abre perspectivas terapéuticas y preventivas.
El análisis de más de 3 000 proteínas, cuyo objetivo es determinar su relación con el SARS-CoV-2 y, consecuentemente, identificar qué subgrupos pueden estar vinculadas al desarrollo de la covid-19 grave, ha vuelto a sugerir el papel de los distintos grupos sanguíneos en el origen de las formas más graves de la enfermedad, tal y como pusieron de manifiesto algunos trabajos centrados en este aspecto al principio de la pandemia.
Se trata del primer estudio que evalúa un número tan elevado de proteínas y cuyos datos, que publica PLOS Genetics, abren nuevas perspectivas en la prevención y tratamiento de la covid-19 grave.
Según Gerome Breen, catedrático de Genética del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) del King’s College de Londres, y coautor del artículo, “de entre miles de proteínas sanguíneas, hemos reducido la lista a unas 14 que tienen algún tipo de relación causal con el riesgo de padecer formas graves de la enfermedad. Además de ser una vía para seguir indagando y comprendiendo los mecanismos de la covid-19, el reto es desarrollar nuevos tratamientos, así como estrategias preventivas”.
Mayor y menor riesgo
El estudio, financiado en parte por el Centro de Investigación Biomédica Maudsley del Instituto Nacional de Investigación Sanitaria (NIHR), en Reino Unido, ha manejado una herramienta genética para analizar más de 3.000 proteínas. Del total, se han identificado 6 que podrían asociarse a un mayor riesgo de covid-19 grave y 8 que, por el contrario, podrían ejercer un papel protector.
La proteína denominada ABO, de la que se ha observado una conexión causal con el riesgo de desarrollar covid-19, determina los grupos sanguíneos en los seres humanos, lo que “sugiere que los grupos sanguíneos desempeñan un papel decisivo para que las personas desarrollen formas graves de la enfermedad”, indica Alish Palmos, del IoPPN. “Centrarnos en este grupo de proteínas es un primer paso fundamental para descubrir dianas para desarrollar nuevos tratamientos”.
Vincent Millischer, coautor del estudio y profesor de la Universidad Médica de Viena, en Austria, explica que en el estudio, los grupos se definieron por su propensión genética a diferentes niveles de proteínas en sangre, lo que “permite evaluar la dirección causal entre los niveles elevados de proteínas en sangre y la gravedad de covid-19, evitando la influencia de los efectos ambientales”.
La gravedad por covid-19 en este trabajo se definió por hospitalización, por un lado, y asistencia respiratoria o muerte. La proteína ABO estaba asociada causalmente tanto a un mayor riesgo de hospitalización como a la necesidad de asistencia respiratoria, hecho que refrenda lo observado por estudios previos sobre grupo sanguíneo y una mayor probabilidad de muerte por esta enfermedad viral.
Por ejemplo, entre los distintos trabajos publicados al respecto, una investigación de 2021 en Blood Advances, avalada por la Sociedad Americana de Hematología, concluía que las personas con sangre de grupo 0 tenían menos posibilidades de desarrollar síntomas graves de la covid-19 cuando se infectan. También observó una menor prevalencia de enfermedades cardiacas y trombosis en relación con los infectados de grupo A, B o ABO.
Siguiendo la línea de estas investigaciones previas, los científicos han observado que la proporción del grupo A es mayor en los individuos positivos a covid-19.
Grupo A, candidato a seguimiento
“No se vincula el grupo sanguíneo preciso con el riesgo de covid-19 graves, pero puesto que análisis anteriores han observado que la proporción de personas del grupo A es mayor en los individuos covid-19 positivos, pensamos que el grupo sanguíneo A es el candidato más probable para los estudios de seguimiento”, opina Christopher Hübel, del IoPPN.
A su juicio, la enzima ayuda a determinar el grupo sanguíneo de un individuo. “Los datos lo relacionan tanto con el riesgo de hospitalización como con la necesidad de asistencia respiratoria o la muerte”.
La investigación también ha identificado 3 moléculas de adhesión, relacionadas con un menor riesgo de hospitalización y de asistencia respiratoria.