ene
8
Es la hora del almuerzo y la fila es inmensa. No delante del último restaurante de moda en Shanghái, sino frente a una clínica de «medicina estética», alternativa menos invasiva que la cirugía, que está ganando popularidad en China.
Láseres, inyecciones de ácido hialurónico, «peelings»… En la era de las selfis, estas técnicas más rápidas y suaves, que no requieren pasar por una sala de operación, seducen a una nueva generación de chinos.
Kayla Zhang, de 27 años, aún no planea pasar por el bisturí. En cambio, acaba de permitirse un tratamiento láser, con inyecciones e hizo colocar bajo la piel del rostro hilos tensores que permiten «retenerlo».
«No voy a cambiarme la nariz ni los ojos. Sería un cambio excesivo de mi apariencia», explica la joven a la AFP, que afirma buscar una «mejor versión» de sí misma en lugar de una «cara totalmente nueva».
Populares en Occidente, estos métodos –menos invasivos y más económicos que la cirugía estética– se vuelven muy asequibles en las metrópolis chinas, con el aumento del nivel de vida.
Según la asociación china de la cirugía plástica y estética, se espera que este año el sector ascienda a 300 000 millones de yuanes (47 480 millones de dólares), es decir, siete veces más que en 2013.
Las técnicas no invasivas representan un segmento muy importante de esta tendencia, mientras que la cirugía va perdiendo fuelle, según la firma estadounidense de asesoramiento a las empresas Frost&Sullivan.
Pero las autoridades pretenden evitar que el sector se desarrolle de forma caótica: prohíben las prácticas publicitarias que contribuyen a la «angustia por la apariencia» y a los complejos físicos.
Las clínicas especializadas no pueden presentar fotos «antes y después» de una intervención o promover «normas de belleza poco realistas».
En 2021, las autoridades impusieron decenas de millones de dólares de multas por diversas infracciones.
Li Li, modelo profesional de 27 años, recibe tratamientos con láser cada mes para corregir las imperfecciones de su piel. Pero dice que siente cierta presión social para mejorar continuamente su imagen.
Después de comentarios de amigos sobre los rasgos de su rostro, en proporciones no ideales según ellos, se hizo «rellenar» el mentón. «Me apresuré a hacerlo», explica.
Según la empresa de auditoría británica Deloitte, estas intervenciones cuestan en promedio un tercio del precio de las operaciones de cirugía estética.
El médico especializado Yang Kaiyuan señala que hace 10 años, sus clientes solían venir a mostrarle la foto de una celebridad diciéndole: «Quiero verme así».
«Hoy en día, la gente quiere sobre todo mejoras leves de su aspecto», explica.
Sin embargo, el aumento del número de establecimientos no autorizados preocupa a las autoridades.
En 2019, 15 % de las 13 000 clínicas de belleza autorizadas trabajaban fuera de sus ámbitos de actividad definidos, según un informe del gabinete de Shanghái iResearch. Según el mismo estudio, una de cada tres agujas en circulación no era conforme.
A principios de 2021, una actriz salió en la prensa después de publicar en las redes sociales imágenes de su nariz con la punta ennegrecida por una necrosis después de una operación que había salido mal.
Pero para Ken Huang, presidente de la clínica PhiSkin en Shanghái, este tipo de incidentes no disminuye la popularidad de los tratamientos estéticos entre los jóvenes chinos que desean mejorar su apariencia o aumentar sus oportunidades en el mercado laboral.
«Las personas guapas tendrán más oportunidades que los demás», asegura. «Si no eres atractivo por fuera, incluso si tienes una personalidad interesante, tal vez la gente no tenga la oportunidad de verla».
enero 07/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.