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Aunque la dieta mediterránea durante el embarazo no parece disminuir el riesgo de complicaciones maternas y fetales, sí ayuda a reducir la ganancia de peso y el riesgo de diabetes gestacional, según un estudio liderado por Shakila Thangaratinam de la Universidad Queen Mary, de Londres, que se publica en PLOS Medicine.
El objetivo del trabajo ha sido, según ha explicado a DM Maira Bes, del Ciberobn, y la única autora española de la investigación, “valorar si una intervención para aumentar la adhesión a un patrón de dieta mediterránea en mujeres embarazadas de Londres disminuye el riesgo de complicaciones maternas y del feto durante el embarazo”.
Mejorar la adhesión a la dieta mediterránea
Para realizar el estudio Esteem, los investigadores asignaron de forma aleatoria a 1 252 mujeres embarazadas con alto riesgo metabólico -obesidad, hipertrigliceridemia o hipertensión- bien a un grupo control que siguió el consejo dietético pautado por las guías del Reino Unido o bien al grupo de intervención. Estas mujeres realizaron «una entrevista individual con una dietista para aumentar la adhesión a la dieta mediterránea en las semanas 18, 20 y 28 de embarazo. También se les proporcionó 30 g de frutos secos al día (nueces, avellanas y almendras) y 0,5 litros a la semana de aceite de oliva», ha añadido Bes.
Los resultados muestran que se aumentó la adhesión a la dieta mediterránea en el grupo de intervención. Además, «aquellas mujeres que siguieron la dieta mediterránea de media ganaron 1,25 kg menos -una media de 6,8 kilogramos frente a 8,3 en el grupo control- y presentaron un 35 % menos de riesgo de desarrollar diabetes gestacional», ha apuntado Bes.
Los autores del trabajo señalan que «los estudios futuros deberían evaluar el efecto del feto a la dieta mediterránea, en especial de las nueces y el aceite de oliva, así como el impacto sobre la obesidad, alergias y asma de la infancia y en el riesgo futuro de diabetes tipo 2 de la madre». De hecho, según Bes, el siguiente paso a partir de ahora es realizar un seguimiento de las mujeres y valorar la salud posparto de las mujeres y de sus hijos.
Adhesión a la dieta mediterránea antes de la gestación
Para ampliar el trabajo y conocer la influencia de la dieta mediterránea sobre otros factores de riesgo cardiovascular, Bes ha apuntado que sería necesario realizar una intervención similar, pero con una muestra mayor. «Quizás cambiar el patrón dietético a las 18 semanas de embarazo es un poco tarde y tendría más efecto protector seguir un patrón dietético saludable antes del embarazo, en el momento de la fecundación y durante las primeras semanas de embarazo».
Asimismo, los resultados obtenidos en el estudio Esteem son consistentes en cierta medida con los resultados obtenidos por la cohorte SUN, de la Universidad de Navarra.
Ya en 2017 el Proyecto SUN publicó en British Journal of Nutrition, un estudio, dirigido por Mikel Donazar-Ezcurra, y en el que participó Bes, en el que constataba que las mujeres que en la época pregestacional tenían una dieta rica en carne roja, embutidos, patatas, bollería, ultraprocesados, refrescos y dulces presentaban un 50 por ciento más de riesgo de diabetes gestacional.
Por el contrario, en 2019, otro trabajo de la cohorte SUN, dirigido por el mismo autor, y pendiente de publicación, establece que una mayor adhesión a un patrón dietético específico para disminuir el riesgo de diabetes antes del embarazo, con un consumo elevado de verduras, frutas, fibra, cereales integrales, frutos secos, café, lácteos desnatados y ácidos grasos poliinsaturados y poco consumo de carne roja, embutidos y refrescos, e asocia con un 50 % menos de riesgo de desarrollar diabetes gestacional», ha concluido Bes.
septiembre 30/2021 (Diario Médico)