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Expertos reunidos en el ciclo de tres jornadas TRIIO KIDS- Temas y Retos en Infecciosas, Intensivos y Oncología, organizado por Gilead Sciences, han alertado de que la infección fúngica invasiva (IFI) es un problema creciente en la población pediátrica inmunodeprimida.
La tasa de mortalidad por candidemias en pacientes pediátricos se estima en un 10 por ciento y la tasa de mortalidad por aspergilosis invasiva en niños con cáncer o que han recibido un trasplante puede llegar hasta el 50 por ciento.
Entre los pacientes con neoplasias oncohematológicas, el 80 por ciento sufren episodios de fiebre y neutropenia, sin embargo, en 2 de cada 3 pacientes el foco no es evidente o no llega a identificarse.
En los últimos años, el incremento del número de niños inmunosuprimidos con riesgo de infección fúngica invasiva ha conducido a su vez a un mayor uso de fármacos antimicóticos profilácticos y terapéuticos en esta población. En estos pacientes, la prescripción de fármacos antimicóticos puede ser un desafío debido a una presentación clínica inespecífica, un menor rendimiento de las pruebas de diagnóstico, una farmacocinética variable relacionada con los cambios de maduración y la falta de ensayos clínicos en niños.
Prevenir las infecciones fúngicas en el hospital
Uno de los retos planteados por los expertos ha sido cómo aprender a prevenir estas infecciones cuando un paciente pediátrico de Oncología está ingresado en la unidad de cuidados intensivos y que debe ser valorado tanto por el oncólogo, como por el infectólogo y el intensivista para lo que es necesario un abordaje multidisciplinario.
En este sentido, Montserrat Nieto, de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Niño Jesús, que ha sido moderadora de la primera Jornada, ha señalado que es fundamental tener en cuenta “los Programas PROA -para la optimización del uso de los antibióticos- en donde pautemos menos antibióticos innecesarios, que realicemos unas adecuadas medidas de higiene de manos, de aislamiento de pacientes y así como que sepamos diagnosticar casos de enfermedades por clostridioides y podamos tratarlos de forma adecuada con los tratamientos disponibles”.
Nieto ha destacado además que “cada vez hay más pacientes pediátricos en unidades de Oncología o de cuidados intensivos que tienen infección por clostridioides y que pueden tener una elevada gravedad y mortalidad” por lo que es necesario contar con “tratamientos específicos para el síndrome de obstrucción sinusoidal o para la micropatía trombótica, que son enfermedades graves, que nos plantean a veces diagnósticos difíciles para poder tratarlos mejor”.
La primera jornada del ciclo ‘TRIIO KIDS’ también ha contado con la participación de David Bueno, del Servicio de Hemato- oncología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz; Marta García Ascaso, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Niño Jesús; y María Slocker, de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
Estos fueron los responsables de analizar la patología endotelial, muy relacionada con la pandemia, porque la enfermedad por COVID-19 grave tiene una base de disfunción endotelial severa, el problema creciente de las infecciones por clostridioides o las endocarditis en los niños, que son enfermedades infecciosas poco frecuentes pero muy graves.
julio 04/2021 (Redacción Médica)