La enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2 suele cursar con las formas leves entre los niños. A diferencia de lo que puede verse en los pacientes adultos, donde la COVID-19 se asocia con relativa frecuencia eventos trombóticos, en el paciente pediátrico la experiencia clínica indica que este tipo de complicaciones son muy raras.

trombosPara corroborar esa impresión y entender mejor los pocos casos de trombosis asociada a la COVID-19 en niños, un grupo de médicos integrado en la red nacional de investigación sobre el SARS-CoV-2  en población pediátrica EPICO ha llevado a cabo un estudio específico.

La cohorte EPICO-AEP, nace en julio de 2020 a partir del registro EPICO, un estudio  epidemiológico  de  las  infecciones por el nuevo coronavirus en población infantil surgido en el inicio de la pandemia, que bajo el impulso de la Asociación Española de Pediatría (AEP), integra a unos 50 hospitales en toda España.

Los resultados de este sub análisis de la cohorte centrado en la trombosis se publican en Archives of Disease in Childhood  y vienen a confirmar la baja prevalencia de la complicación entre los niños con COVID.

La investigación se centró en los pacientes pediátricos con la infección por SARS-CoV-2 atendidos en un centro hospitalario integrado en la red EPICO entre el 1 de marzo y el 30 de septiembre de 2020. Del total de 537 niños estudiados, solo se encontraron 4 casos con una complicación trombótica. Eso supone un 0,7 % del total de la muestra y un 1,1 % de los pacientes hospitalizados.

Sobre las características de estos casos, el primer firmante del estudio, David Aguilera-Alonso, pediatra en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en Madrid, destaca que “la mayoría eran adolescentes (tres de cuatro), de 12 ó 13 años; ya hemos visto que la covid-19 puede ser discretamente más grave en este grupo comparado con las edades más tempranas, probablemente por ser un perfil más próximo al adulto. Además, la mitad presentaba algún factor de riesgo conocido de trombosis en el momento de suceder la complicación, y todos evolucionaron favorablemente”.

Factores de riesgo conocidos

También comenta que, si bien en esta cohorte todos los casos se dieron en chicas, “necesitaríamos una muestra más amplia para concluir que el sexo pueda considerarse un factor de riesgo”.

En cambio, el trabajo sí evidencia que los consabidos factores de riesgo de trombosis pueden estar detrás de la aparición de este tipo de complicación asociada a la infección por el coronavirus. En concreto, una de las pacientes presentaba un catéter vascular central, debido a su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), por la gravedad de la COVID-19, y otra de ellas tenía cáncer.

El pediatra apunta que lo descrito en este trabajo coincide con lo expuesto en la red norteamericana, que acaba de presentar su casuística de trombosis en niños con COVID. “La prevalencia apuntada también es baja, en torno al 2 %, y un factor de riesgo demostrado es ser adolescente”.

El hecho de que el coronavirus no tenga en los niños un efecto protrombótico tan marcado como en los adultos encaja con lo observado en otros contextos, al margen de la COVID. En gran parte se debe a que el sistema de regulación de la trombosis difiere en los pequeños del sistema adulto, dotándolos de más factores protectores que de riesgo.

El mensaje para los pediatras es, pues, tranquilizador. Aguilera-Alonso también extrae una recomendación terapéutica: “Al inicio de la pandemia desconocíamos si en nuestros pacientes se precisaba un abordaje intensivo de la profilaxis de la trombosis, pero ya hemos visto que el riesgo es mínimo, por lo que conviene cierta prudencia en la instauración de tratamientos, y optar mejor por la vigilancia estrecha”.

Valor del dímero-D

Además, del estudio de esta cohorte pediátrica se desprende que el valor del dímero -D, un marcador usado ampliamente en la evolución de la covid del paciente adulto, no parece tan relevante a la hora de predecir las complicaciones trombóticas, ni por tanto resulta para útil iniciar un tratamiento prevención de esos eventos en niños.

“El empleo del nivel del dímero-D no es lo suficientemente específico para tomar decisiones con respecto a la profilaxis anticoagulante en niños”, escriben los autores en el artículo. “En nuestra opinión, para iniciar la profilaxis anticoagulante en niños con COVID-19 se deben considerar otros factores, como la edad (considerando a los adolescentes especialmente vulnerables), la coexistencia de factores de riesgo (por ejemplo, cáncer, catéter venoso central permanente, obesidad, inmovilidad, etc.), o el diagnóstico de MIS-C [el síndrome inflamatorio multisistémico]”.

mayo 20/2021 (Diario Médico)

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