La 9ª Jornada de Actualización de la Red TBS-Stop Epidemias, ha reflejado el impacto negativo de la COVID-19 en la lucha mundial contra la tuberculosis.

EntrBacteria de la Tuberculosise las maldiciones colaterales que arrastra, la pandemia ha frenado en algunos países las vacunaciones infantiles de otras infecciones y el control de enfermedades tan graves como el sida o la tuberculosis.

En la 9ª Jornada de Actualización de la Red TBS-Stop Epidemias, que se ha celebrado de manera virtual recientemente, Andrés Luis Echazarreta, ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, dijo que el año pasado pudo haber entre 200 000 a 400 000 muertes más por tuberculosis y los modelos predicen un millón de casos más de tuberculosis por año de 2020 a 2025.

Jefe del Servicio de Neumología del Hospital San Juan de Dios de La Plata (Argentina), Echazarreta lo justificó por la caída del diagnóstico y tratamiento de casos de tuberculosis (cuarentena, hacinamiento), por el impacto socioeconómico (reducción de los ingresos per cápita, malnutrición) y por la reasignación de recursos de la tuberculosis hacia la COVID-19.

Se suman a todo ello «causas clínicas de entorpecimiento del manejo de la coinfección por COVID-19 y tuberculosis”, dado que la mortalidad es claramente mayor cuando ambas coinciden y que la tuberculosis puede pasar desapercibida, o debido a que el tratamiento con inmunomoduladores puede reactivar la tuberculosis latente. Asimismo, una tuberculosis activa podría predisponer a COVID-19 grave, sin descartar la interacción entre los fármacos utilizados para ambas infecciones.

Al igual que otros ponentes, Echazarreta incidió en la importancia de atajar la pobreza, “dada la predilección que parece que muestran ambas enfermedades hacia ella”. Algo que según el neumólogo será complicado, y más en los países de América Latina donde, exponiendo datos de CEPAL (Comisión Económica Para América Latina y El Caribe), la pandemia de COVID-19 supondrá un retroceso de 12 años en términos de pobreza, y de 20 años en términos de pobreza extrema: en tan solo un año, para el conjunto de estos países la pobreza extrema pasó de representar en 2019 un 11,3 % a suponer el 12,5 % en 2020.

Sin reactivación económica, sin trabajo y sin crecimiento, estas enfermedades van a avanzar más, se lamentaba este médico: “Estamos ante una catástrofe que nos tiene que hacer pensar de manera diferente a la habitual”.

Ha faltado liderazgo

En este mismo sentido había inaugurado la Jornada el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), Tomás Cobo, quien lamentó “que haya faltado liderazgo claro desde la Unión Europea”. Para el presidente de la Organización Médica Colegial, “es clave que el reparto de las vacunas sea equitativo, porque si no, una vez más los más perjudicados serán los más frágiles y los más pobres”.

Coincidió en este dictamen Carmen Martín, directora del Departamento de Salud de Cruz Roja Española, que pidió una mayor coordinación e implicación para el ámbito sociosanitario y lamentó la poca atención que se ha dado a la inclusión social. En general, los participantes en esta 9ª Jornada de la Red TBS no fueron muy optimistas.

Así, el epidemiólogo Joan B. Soriano, que intervenía desde Ginebra en cuanto consultor para la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud, destacó que, dada la ola actual en India, Bangladés y otros países del sudeste asiático, que “representan casi la mitad de la humanidad, probablemente en lo que queda de 2021, los números y cifras de la COVID-19 solo pueden empeorar”.

Soriano destacó también que se equivoca quien afirma que estamos ante la dicotomía economía y salud, porque se está evidenciando que sin salud no habrá economía. El epidemiólogo avanzó también que las perspectivas no son esperanzadoras porque, “además de un virus malo es un mal virus, porque se replica tan mal que lo que tenemos ahora son unas variantes que se comportan prácticamente como una enfermedad diferente”.

Según expuso, la variante de Wuhan ya no existe y las detectadas en Reino Unido, Sudáfrica o Brasil se están comportando como virus nuevos, con lo que la batalla contra ellos quizá no se gane en este 2021, “y probablemente tampoco en 2022”.

Un retroceso de diez años

José Caminero, neumólogo del Hospital Dr. Negrín, responsable de su Unidad de Tuberculosis y otras Micobaceriosis, precisó en otra de las mesas de la reunión que “un 28% de los casos de tuberculosis en el mundo no está siendo diagnosticado”, cifra que el epidemiólogo Joan Artur Caylà, presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona, elevaba al 50-80 % en algunos países. Ambos expertos coincidieron en señalar el retroceso que eso supone en cuanto al objetivo de frenar a la tuberculosis: “Hemos perdido una década”, se lamentó Caminero describiendo la perspectiva mundial, mientras que Caylà señaló que “en España podríamos decir que volvemos a cifras muy parecidas a las del 2015”.

Recuperar el terreno perdido frente a la tuberculosis supone a la vez mejorar la prevención y control de la COVID-19 y alcanzar la inmunidad de grupo a corto plazo mediante diagnóstico precoz, aislamientos y cuarentenas, vigilancia epidemiológica -de contactos y de variantes- y elevada cobertura vacunal. Según Caylà, “la sindemia tuberculosis y COVID-19 está siendo un desastre” y “tenemos covid para rato”, por lo que” hay que invertir, actuar y evaluar… porque un programa que no se evalúa es un programa que no existe”.

En este sentido la 9ª Jornada de Actualización de la Red TBS-Stop Epidemias ha insistido en la necesidad de la solidaridad, como destacaba Juan Jesús Hernández, responsable del Plan de Salud de Cruz Roja Española: “Esta situación tan complicada ha sacado lo mejor de mucha gente”, como demuestra el hecho que esta entidad haya tenido más de 50 000 nuevos voluntarios. “Es un canto a la esperanza”, concluía.

Premios solidarios

La Red TBS-Stop Epidemias nació en 2013 con el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM-OMC), Cruz Roja Española, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) como entidades fundadoras. Su 9ª Jornada de Actualización concluyó con la entrega de los tradicionales Premios Solidari@s 2021.

Rosa María Calaf Solé recibió el Premio Comunicación Consciente por su buen hacer y compromiso social a lo largo de toda su carrera profesional.

A Santi Palacios le correspondió el Premio Compromiso Social en reconocimiento a su esfuerzo por reflejar las tragedias humanas de nuestra sociedad y motivar con ello a una conciencia del prójimo más cercana.

El Premio Compromiso Solidario fue para José Carlos Bermejo Higuera en reconocimiento a su trabajo y dedicación por la atención de los cuidados paliativos en la vejez y por su dignificación del duelo como expresión solidaria y humanista.

Jonathan McFarland recibió el Premio Labor Humanitaria en reconocimiento a su iniciativa internacional The Doctor as an Humanist con la que pretende contribuir a que nos identifiquemos con el alma de la Medicina y propiciemos el incluir las humanidades como parte intrínseca del currículo médico.

Finalmente, Carmen Martín Sellán fue reconocida con el Premio Trayectoria y Mérito, por su ética personal, y compromiso asistencial y docente durante el ejercicio de su profesión, ejemplo de rigor y pasión por la vocación enfermera.

abril 26/2021 (Diario Médico)

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