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Un estudio reafirma que la transmisión del SARS-CoV-2 placentario y neonatal no es común.
La protección del neonato frente a la infección depende, principalmente, de las respuestas inmunitarias innatas del recién nacido y de los anticuerpos adquiridos por vía transplacentaria derivados de la madre. Varios investigadores de Filadelfia (Estados Unidos) consideran que la medida en que los anticuerpos maternos producidos en respuesta al SARS-CoV-2 durante el embarazo atraviesan la placenta es importante para comprender la posible protección neonatal contra la COVID-19.
Por eso, y como hasta la fecha consideraron que los estudios de transferencia transplacentaria de anticuerpos maternos específicos del SARS-CoV-2 a los recién nacidos se limitaban a informes de casos y series de casos pequeños de mujeres con infección sintomática, realizaron su propia investigación. Sus hallazgos demuestran «el potencial de los anticuerpos de origen materno para brindar protección neonatal contra la infección por SARS-CoV-2”.
Además, consideran que «ayudarán a informar tanto la orientación del manejo neonatal como el diseño de ensayos de vacunas durante el embarazo».
Para el estudio, publicado en Jama, los investigadores utilizaron muestras de sueros pre pandémicos de pacientes no embarazadas y embarazadas, así como sueros de donantes recuperados de la COVID-19, de 1 714 mujeres dieron a luz. Se dispuso de sueros de sangre de cordón materno emparejados para 1 471 parejas de madres y recién nacidos, incluidos 21 partos de gemelos. De estas parejas, 83 mujeres (seis por ciento) eran seropositivas al SARS-CoV-2 IgG y / o IgM. 25 de esas 83 mujeres (30 por ciento) fueron identificadas previamente como seropositivas en un estudio de seroprevalencia anterior.
Entre los bebés nacidos de mujeres seropositivas, 72 (87 por ciento) fueron seropositivos y 11 (13 por ciento) fueron seronegativos. No nacieron bebés seropositivos de las 1 388 mujeres seronegativas. A todas las mujeres que resultaron seropositivas se les realizó la prueba de PCR (reacción en cadena de polimerasa), excepto una que rechazó las pruebas obstétricas de rutina. Las de la mitad de las 82 mujeres analizadas (el 54 por ciento) dieron positivo en la prueba PCR en algún momento durante el embarazo.
La mayoría de las mujeres fueron asintomáticas
La mayoría de las mujeres que fueron seropositivas (50 de 83, el 60 por ciento) fueron asintomáticas para la COVID-19. Los recién nacidos fueron evaluados para SARS-CoV-2 mediante una PCR entre 24 y 48 horas después del nacimiento solo si la madre contaba con una PCR positiva y cumplía con los criterios clínicos de contagio en el momento del parto. Entre los 20 de 83 bebés (24 por ciento) evaluados sobre la base de estos criterios, ninguno fue positivo.
Hubo una correlación positiva entre las concentraciones de IgG de SARS-CoV-2 en suero de cordón y materno. Por el contrario, los anticuerpos IgM del SARS-CoV-2 no fueron detectables en ninguno de los 72 bebés que fueron seropositivos.
De las 11 mujeres que fueron seropositivas con bebés seronegativos, cinco mujeres fueron seropositivas solo por IgM, y los seis restantes tuvieron concentraciones medias geométricas de IgG significativamente más bajas en comparación con las 72 mujeres con bebés seropositivos. Las concentraciones de anticuerpos IgM no fueron significativamente diferentes en mujeres con lactantes seronegativos en comparación con mujeres con lactantes seropositivos.
Los investigadores también evaluaron la asociación entre la gravedad de la infección materna, la concentración de IgG materna y la concentración de IgG del cordón. Las mujeres con enfermedad moderada o crítica tenían concentraciones de IgG e IgM más altas, y los bebés nacidos de estas mujeres tenían concentraciones de IgG más altas, pero estas diferencias no fueron estadísticamente significativas.
Las tasas de transferencia no fueron diferentes entre los bebés nacidos de madres con enfermedad asintomática o sintomática. También evaluaron la asociación entre la tasa de transferencia y el inicio de la infección materna en un subconjunto de 26 mujeres con enfermedad leve, moderada o crítica por Covid-19 que tenían un resultado positivo en la pPCR antes del parto y que dieron a luz a término. Así, observaron una correlación positiva entre la tasa de transferencia y el aumento del tiempo entre la prueba de PCR y el parto.
La tansmisión placentaria y neonatal no es común
«Nuestros hallazgos se alinean con la evidencia actual que sugiere que aunque puede ocurrir la transmisión del SARS-CoV-2 placentario y neonatal, este tipo de eventos no son comunes. No detectamos anticuerpos IgM en ninguna muestra de suero de sangre del cordón umbilical, incluso en casos de enfermedad materna crítica o parto prematuro, lo que respalda que la transmisión materno-fetal del SARS-CoV-2 es rara. Más preocupante es la posibilidad de que los recién nacidos se infecten en el posparto por madres contagiosas u otros contactos domésticos», explican los autores.
También encontraron una «transferencia eficaz de anticuerpos IgG de mujeres que eran seropositivas al SARS-CoV-2 y una correlación positiva entre las concentraciones de anticuerpos maternos y del cordón». «Nuestros hallazgos están alineados con estudios de anticuerpos provocados por la vacuna contra la tos ferina, la rubeola, la hepatitis B y la gripe, donde se han observado proporciones de transferencia de suero de cordón / suero materno que van de 0,8 a 1,7. Las concentraciones más altas de anticuerpos maternos y una mayor tasa de transferencia se asociaron con una mayor duración entre el inicio de la infección materna y el momento del parto».
Asimismo, los autores indican que hay otros muchos otros factores, como la subclase de IgG provocada por antígenos, las infecciones maternas, la inmunodeficiencia materna, la patología placentaria y la edad gestacional al nacer, que afectan la eficiencia de la transferencia y requerirán más estudios para el SARS-CoV-2.
Y «cuando las vacunas están ampliamente disponibles, el momento óptimo de la vacunación materna durante el embarazo deberá considerar factores maternos y fetales, incluido el tiempo necesario para garantizar la protección neonatal». «La mayoría de las mujeres de nuestro estudio que fueron seropositivas fueron asintomáticas, con un momento incierto de exposición viral. Entre el subconjunto de mujeres de nuestro estudio cuyo inicio de la infección podría estimarse por los síntomas que provocan la prueba PCR viral, todos los sueros de cordón fueron seropositivos si la prueba de PCR materna fue 17 días o más antes del parto», añaden.
Con todo, consideran que se necesitan más estudios para determinar si los anticuerpos del SARS-CoV-2 protegen contra la infección del recién nacido y, de ser así, para ver a qué concentración y si la cinética transplacentaria de los anticuerpos provocados por la vacuna es similar a los anticuerpos adquiridos de forma natural.
marzo 02/2021 (Redacción Médica)