El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó este lunes colocar las banderas a media asta en un momento en el que el país superó la «descorazonadora» cifra de 500 000 muertos por la COVID-19, pese a que el avance de la vacunación en el país y el mundo genera optimismo.

Estados Unidos, bandera a media asta«Yo sé lo que se siente», afirmó Biden en referencia a las numerosas tragedias que ha superado en su vida, en un mensaje solemne en el que pidió a los estadounidenses que permanezcan vigilantes, que mantengan la distancia social, que usen mascarillas y que se vacunen.

«Les pido a los estadounidenses que recuerden, que recuerden a los que perdimos y a quienes quedaron atrás», afirmó el mandatario.

Tras el breve discurso, Biden participó en una ceremonia en el jardín de la Casa Blanca, donde se instalaron velas para recordar a los fallecidos.

Junto a su esposa Jill y de la vicepresidenta, Kamala Harris, y su marido, Doug Emhoff, guardaron un minuto de silencio y antes de volver a entrar en la Casa Blanca, Biden se persignó.

Minutos antes, marcando el atardecer, las banderas de todos los edificios federales, incluyendo las embajadas, fueron puestas a media asta.

A diferencia de su predecesor, el republicano Donald Trump, quien a menudo buscaba minimizar la enfermedad, Biden ha hecho del combate a la pandemia su máxima prioridad y advirtió que el número de muertos por la COVID-19 en Estados Unidos podría situarse por «encima» de los 600 000.

A pesar de las dramáticas pérdidas, la tendencia en el país – que anunció su primera muerte en febrero del año pasado – es a la baja.

Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia federal de salud pública, dijo que las muertes en Estados Unidos están en su nivel más bajo desde diciembre, con una caída del 39 % en el último promedio de siete días, que contabiliza los nuevos casos diarios.

También hubo buenas noticias de un estudio de la Universidad de Edimburgo que halló que las vacunas Pfizer y de AstraZeneca han llevado a una «reducción sustancial» de los ingresos por la COVID-19 en los hospitales de Escocia.

El número de muertos en el mundo se acerca a los 2,5 millones. Los países con más muertos después de Estados Unidos son Brasil, México, India y Reino Unido.

El primer ministro británico, Boris Johnson, presentó un plan «prudente» y «progresivo» para sacar a Inglaterra del confinamiento impuesto en enero tras una explosión de casos vinculados a una variante del virus identificada en el país. La meta es que todas las restricciones estén eliminadas el 21 de junio.

Las escuelas de Alemania reabrieron tras dos meses de clausura pese al temor a una tercera ola relacionada con la variante británica.

Aun así, es poco probable que se pueda proyectar una fecha para el fin a los riesgos vinculados a un virus fácilmente transmisible.

El principal asesor médico de Biden, Anthony Fauci, recordó que los estadounidenses podrían tener que usar tapabocas hasta 2022.

India, la segunda nación más afectada del mundo en términos de infecciones, cruzó un umbral desolador al registrar 11 millones de casos.

Nuevas restricciones a las reuniones entraron en vigor en el estado occidental de Maharashtra, donde está la capital financiera del país, Bombay, que ha registrado casi 52 000 muertes desde el inicio de la pandemia.

En la capital, Nueva Delhi, la vendedora de verduras Radhekrishna Negi reflejó el sentir de toda la humanidad cuando declaró a la AFP: «Estoy harta del coronavirus».

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó que la pandemia esté siendo utilizada por ciertos países, que no mencionó, para reprimir las «voces disonantes».

Más de 63,1 millones de personas ya recibieron en Estados Unidos las vacunas autorizadas hasta ahora (Pfizer/BioNTech y Moderna), de los cuales 18,8 millones ya recibieron las dos dosis requeridas, según los CDC.

Y Estados Unidos podría tener una tercera vacuna autorizada para el final de la semana, la de Johnson & Johnson, sobre la cual un comité debe emitir una opinión consultiva el viernes.

En América Latina, la segunda región del mundo más golpeada por la pandemia después de Europa, Paraguay lanzó su plan de inmunizaciones con la vacuna rusa Sputnik V.

En la Franja de Gaza, el territorio controlado por los islamistas de Hamas y bloqueado por Israel, se iniciaron las vacunaciones con dosis de Sputnik V.

Australia también comenzó las vacunaciones, pese al escepticismo de algunos.

Unos 208,2 millones de dosis de vacunas fueron aplicadas hasta ahora en el mundo, según datos oficiales compilados por el proyecto Nuestro Mundo en Cifras, de la Universidad de Oxford.

Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) criticó a los países ricos por acaparar las vacunas anti COVID, impidiendo que lleguen a las naciones más pobres.

Países como Estados Unidos han contribuido con dinero para adquisiciones para abastecer a los países más desfavorecidos, pero la OMS dijo que los fondos son inútiles si no hay vacunas disponibles.

«Tener el dinero no significa nada si no puedes usarlo para comprar vacunas», dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

febrero 23/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

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