La Universidad de Valladolid (UVa) y la spin-off vallisoletana Citospin participan en un proyecto europeo en el que se está ensayando una novedosa terapia con células madre para tratar la enfermedad degenerativa del disco, una enfermedad que afecta a 70 millones de europeos y que aún no cuenta con un tratamiento efectivo no quirúrgico para los casos más graves.

columna vertebralLa Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido el dolor lumbar en su lista de 12 enfermedades prioritarias. Este dolor de espalda es el principal síntoma de la enfermedad degenerativa del disco, junto con la ciática y la estenosis espinal (el estrechamiento del conducto vertebral, que origina una compresión de la médula), lo que afecta seriamente a la movilidad del paciente y, por ende, a su calidad de vida.

Por el momento, no hay disponibles terapias efectivas no quirúrgicas para tratar la enfermedad. Las terapias existentes basadas en medicamentos y ejercicios físicos pueden revertir temporalmente el dolor, y en aquellos casos más severos los pacientes suelen ser objeto de cirugía.

“El tratamiento convencional en estos casos es la fusión vertebral, es decir, la unión de las vértebras que tienen mal los discos”, explica Javier García Sancho, investigador del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), centro mixto UVa-CSIC, y cofundador de Citospin. Con esta cirugía se trata de paliar el dolor e impedir la progresión de la enfermedad, pero no está exenta de complicaciones.

Los investigadores vallisoletanos tienen una amplia trayectoria en la preparación de células madre para su utilización en diferentes terapias regenerativas, por ejemplo, en los ámbitos cardiológico y oftalmológico. En este caso, el proyecto europeo surge de un ensayo clínico previo realizado junto con el doctor David Noriega González, traumatólogo experto en patologías de espalda en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. En este ensayo ya se probó con resultados prometedores el tratamiento de las anomalías distales mediante el trasplante alogénico (de un donante) de células madre mesenquimales derivadas de médula ósea.

“Incluimos 24 pacientes y la eficacia fue del orden del 70 por ciento en cuanto a mejora del dolor, frente al 50-60 por ciento de la cirugía de fusión vertebral”, recuerda el investigador. Estos pacientes se volvieron a estudiar a los dos años y posteriormente y se comprobó que “no solo se mantenían los resultados sino que incluso mejoraban, de forma que la recuperación parece bastante estable”.

Además de la reducción del dolor, observaron mediante resonancia magnética una mejora en las unidades afectadas en la columna. “El signo principal de la enfermedad es que disminuye la altura del disco intervertebral y entonces la amortiguación es peor. Esto es debido a una disminución del contenido de agua del disco, pero con la terapia celular los discos se rehidratan”, apunta.

 “A raíz de este ensayo nos contactaron varios grupos europeos y se preparó el proyecto”, recuerda García Sancho. Desde la puesta en marcha de la iniciativa en enero de 2017 se han incluido 20 nuevos casos y la previsión es alcanzar el centenar, aunque para ello es posible que se solicite una prórroga de un año. “Se trata así de comprobar si los resultados obtenidos en el ensayo previo se repiten”, indica el responsable del proyecto en la UVa.

Para ello, se cuenta con la colaboración de 15 centros e investigadores de cinco países (España, Francia, Italia, Alemania e Irlanda), coordinados por el Centro Hospitalario Universitario de Montpellier (Francia). En España, participan además la Universidad de Navarra y el Instituto de Terapia Regenerativa Tisular de Barcelona.

El proyecto cuenta con una financiación de más de 5’5 millones de euros del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, de los cuales la UVa y Citospin han recibido cerca de 1’5.

Una vez terminado el proyecto, se explorará la posibilidad de que Sanidad incluya el tratamiento en su cartera de servicios. También se contactaría con la agencia del medicamento para registrar la terapia y realizar algún ensayo adicional si es requerido.

Si se confirman los resultados positivos, se trataría del primer tratamiento eficaz, testado clínicamente, para la enfermedad degenerativa del disco. Frente a la cirugía convencional, este tratamiento es sencillo y mínimamente invasivo, lo que reduciría en gran medida los costos sanitarios y ayudaría a mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

febrero 16/2021 (Dicyt)

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