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Brasil registra 508 muertes de profesionales de enfermería (asistentes, técnicos y auxiliares) por la pandemia de la COVID-19, desde el primer reporte oficial de la enfermedad en el país, reveló el Consejo Federal de la especialidad (Cofen).
Según un informe del Observatorio de Enfermería, elaborado por el Cofen, se contabilizaron en la categoría más de 46 mil contagios por la dolencia.
Los datos revelan que el estado de Sao Paulo encabeza la lista respecto a decesos en la clase con 77, seguido de Río de Janeiro (55) y Mato Grosso (37).
En el sitio del consejo se asegura que Brasil es responsable de un tercio del total de fallecimientos por la COVID-19 entre los profesionales de la enfermería, un acto «alarmante pues, sin ellos, salvar vidas en los hospitales cada día se convierte en una tarea hercúlea».
Los más recientes datos mundiales sobre la letalidad del virus en la categoría fueron publicados en noviembre por el Consejo Internacional del segmento e informaron de mil 500 expiraciones en 44 países, cifra posiblemente superada.
«El hecho de que el número de enfermeras y enfermeros difuntos en la pandemia sea similar al de los que murieron en la Primera Guerra Mundial es chocante», afirmó Howard Catton, director ejecutivo de la organización.
De acuerdo con el Cofen, el impacto de la dolencia en la enfermería pasó por diferentes etapas desde el inicio en Brasil de la pandemia.
«Durante la fase aguda de la pandemia, la falta de medios de protección personal comprometió en gran medida a los equipos de salud. Y cuando estos llegaban, a menudo eran materiales de mala calidad e ineficaces, que no protegían», indicó Eduardo Fernando de Souza, coordinador del Comité de Gestión de Crisis COVID-19 del Cofen.
En este período, muchos trabajadores de la salud también perdieron la vida por la falta de un protocolo estricto sobre cómo actuar en hospitales con camas para la COVID-19, que hasta la fecha cobró más de 204 mil óbitos y ocho millones de infectados.
«Hubo mucha contaminación en la población de profesionales, pues no era costumbre utilizar todo este equipo, como el gorro, el protector facial, el delantal y la mascarilla N-95″, admitió De Souza.
Por otra parte, el pasado año, 44 mil 441 enfermeros, técnicos y auxiliares fueron retirados del trabajo y puestos en cuarentena tras ser infectados con el coronavirus SARV-CoV-2, causante de la COVID-19, un dígito significativo dentro de un universo de poco más de dos millones de trabajadores del área. Esta cifra resulta muy inferior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud y por ende impera una sobrecarga en el rendimiento de este segmento.
enero 14/2021 (Prensa Latina). Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.