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En junio de 1997 se aplicó el primer tratamiento con ozono médico a un paciente con hernia discal en la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Doctor Negrín de las Palmas de Gran Canaria. Siete años después, sucedía lo mismo en la Unidad de Dolor del Hospital La Fe, de Valencia.
Entre ambas fechas, decenas de médicos especialistas vinculados al dolor (anestesiólogos, traumatólogos, neurocirujanos, radiólogos intervencionistas, etc.) asistieron a cursos de formación en Italia, país en el que el uso del ozono médico se extendía desde las Universidades de Bolonia, Siena y Pavía.
En 2002 en España se incorporó al Programa de Doctorado del Departamento de Cirugía en la Universidad de Sevilla. En 2005, el congreso organizado en Las Palmas sirvió de plataforma para intercambiar experiencias y ayudar a la expansión de esta tecnología sanitaria en la sanidad pública y privada.
En el año 2011, el Ministerio de Sanidad incluyó en la cartera de servicio de las Unidades de Dolor a la ozonoterapia, indicando entonces una limitada evidencia de alta calidad sobre su eficacia que ha sido contrarrestada con el tiempo por diferentes ensayos clínicos, como ha confirmado la Sociedad Española del Dolor.
Actualmente, cerca de 30 hospitales públicos y la mayoría de hospitales privados utilizan la ozonoterapia en sus unidades de dolor e investigan nuevas indicaciones. Tras la aceptación del uso del ozono para el tratamiento de la hernia discal lumbar sintomática por parte de la Agencia Española de Medicamentos con el refrendo del Servicio Canario de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, el tratamiento de la artrosis de rodilla con ozono médico ha obtenido el visto bueno de diversos metaanálisis y revisiones sistemáticas publicadas en revistas de impacto. Su eficacia en la fibromialgia es actualmente motivo de un ensayo clínico en un hospital de Madrid. Otras indicaciones en dolor crónico están igualmente en fase de validación mediante ensayos clínicos aleatorizados, no solamente en España.
El ozono médico se obtiene a partir de oxígeno medicinal mediante un generador homologado como producto sanitario IIB según la normativa europea CEE/93/42 y los decretos correspondientes desarrollados en los diferentes países de Europa. Su aplicación dentro de su ventana terapéutica no produce reacciones adversas, lo que ha ayudado a su introducción en la medicina del dolor, donde los pacientes están habitualmente polimedicados y se han hecho resistentes a muchos de los tratamientos que una vez les aliviaron.
En estos pacientes, donde el dolor no tiene un tratamiento etiológico, el ozono médico está demostrando día a día su utilidad para mejorar la calidad de vida. Decenas de miles de pacientes han sido tratados en las unidades en las últimas dos décadas con resultados muy positivos, lo que ha impulsado la expansión de esta tecnología. Además de refrendar su eficacia, hay en marcha un estudio sobre su costo-efectividad para el tratamiento de la hernia discal que reforzará los resultados positivos del primer estudio elaborado en el Hospital Doctor Negrín y los de otros trabajos publicados por investigadores de diferentes países.
Lamentablemente, el ozono médico es una tecnología sanitaria huérfana, en la que no existe un soporte económico suficiente para realizar en breve plazo todos los ensayos clínicos que serían deseables ni para exponer sus resultados a la comunidad médica. Los estudios se realizan habitualmente con becas nacionales o locales, ayudas de fundaciones privadas y, muchas veces, con financiación de los propios médicos que desarrollan el trabajo asistencial e investigador.
A pesar de ello, cada año, algunas Unidades de Dolor incorporan la ozonoterapia a su arsenal terapéutico y mejoran con ello la satisfacción de los pacientes y de los médicos que trabajan con ella. Son ya 23 años de trayectoria en la sanidad pública y privada, ensayos clínicos publicados, cursos de formación realizados por la Sociedad Española de Ozonoterapia en convenio con la Sociedad Española del Dolor y acreditados por el Sistema de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias del Ministerio de Sanidad, todo ello con el único fin de mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes de la manera más eficaz y segura.
Queda aún mucho por hacer. Tanto la sanidad pública como privada debe abrir nuevas ventanas de oportunidades al ozono médico para mejorar la atención a los pacientes con el mínimo de contraindicaciones posible.