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Investigadores del Centro Español de Investigación Biomédica en Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN) en la Universidad de Zaragoza y la Universidad de Córdoba han descubierto en un estudio con animales que el hígado graso es diferente según el sexo.
En su trabajo, publicado en la revista American Journal of Physiology: Endocrinology and Metabolism, observaron que los animales de sexo femenino mostraban niveles más bajos de expresión hepática de la proteína (Cidec/Fsp27) que determina el crecimiento de las gotas de grasa hepática.
El hígado graso no alcohólico está alcanzando prevalencias del 30 por ciento en ciertas poblaciones occidentales. Los investigadores advierten de que esta alta incidencia está originada por un consumo continuo de alimento, la alta ingesta de grasa saturada o/y azúcares refinados, entre otros, que acarrea muchas consecuencias, ya que supone una interrupción del metabolismo hepático originando el desarrollo de un amplio abanico de enfermedades metabólicas como diabetes, obesidad, esteatosis hepática y enfermedades cardiovasculares.
Estudios anteriores de estos investigadores evidenciaron que la proteína Cidec/Fsp27, encontrada con anterioridad en el tejido adiposo, estaba asociada a los cambios en el contenido de la grasa hepática. Por ello, los investigadores decidieron dar un paso más en su estudio abordando su expresión hepática en diferentes condiciones dietéticas y en ambos sexos.
Tras alimentar durante 11 semanas a animales de ambos sexos con dieta occidental, rica en colesterol y grasa saturada de palma observaron que los animales de sexo femenino mostraron niveles más bajos de expresión hepática de la proteína Cidec/Fsp27, que es la que determina el crecimiento de las gotas de grasa hepática, que los de sexo masculino cuando fueron alimentados con dietas occidentales. Este resultado se tradujo en una menor cantidad de Cidec/Fsp27 en gotas de lípidos y microsomas. Los investigadores pudieron demostrar que son las hormonas del ovario las responsables de este fenómeno porque desaparecía tras el proceso de castración.
Además, durante el estudio los investigadores pudieron comprobar también que una proteína supercontroladora denominada PGC1a está también implicada porque, en los animales que carecían de ella, desaparecían las diferencias de sexo en la expresión de Cidec/Fsp27. Estos resultados ponen de manifiesto que la expresión hepática de Cidec/Fsp27 tiene una regulación compleja influenciada por la dieta y el entorno hormonal sexual y que las diferencias de sexo están controladas por la proteína PGC1a, explica Jesús de la Osada, coordinador del equipo del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Celular de la Universidad de Zaragoza
junio 27/2020 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.