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El maltrato sufrido durante la infancia podría contribuir en el desarrollo de un trastorno neurológico funcional en la edad adulta, según un nuevo estudio impulsado por el Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos, cuyo fin era proporcionar un mejor entendimiento sobre qué ocurre en los cerebros de estos pacientes, así como en los de aquellos con otros trastornos cerebrales relacionados con experiencias traumáticas.
Así, en individuos con trastorno neurológico funcional, el cerebro normalmente presenta una apariencia estructural normal en las resonancias magnéticas. Sin embargo, este funciona incorrectamente, experimentando los pacientes síntomas que incluyen la debilidad en los miembros, temblores, marcha anormal y convulsiones no epilépticas.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores examinaron los cerebros de individuos que habían experimentado traumas en la infancia, algunos de ellos con trastornos neurológicos funcionales y otros sin él.
En la muestra participaron 30 adultos con trastorno neurológico funcional y 21 individuos con un diagnóstico de depresión que sirvieron como grupo de control. Algunos de los participantes de ambos grupos habían experimentado maltrato temprano, según se determinó mediante cuestionarios.
Así, solo en los pacientes con trastorno neurológico funcional, las diferencias en la severidad de los abusos recibidos en la infancia se relacionaban con diferencias en las conexiones entre ciertas regiones del cerebro, por ejemplo, en el sistema límbico, que controla las emociones, la excitación y el instinto de supervivencia, entre otras funciones, y la corteza motora primaria, que participa en el movimiento voluntario.
Los circuitos motores y límbicos estaban conectados más fuertemente en individuos con trastorno neurológico funcional que habían informado sobre una mayor dureza en el abuso físico recibido en la infancia, ha explicado la líder del estudio, Ibai Diez.
Así, este hallazgo podría llevar a importantes avances en los mecanismos plásticos del cerebro involucrados en promover una mayor interrelación entre los circuitos de control motor y los circuitos de procesamiento de emociones.
febrero 24/2020 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.