La fibrilación auricular, una de las arritmias más frecuentes y factor principal para desarrollar una embolia cerebral, puede tratarse con una operación al corazón sin la necesidad de abrir el tórax, con un éxito muy alto, mínimos riesgos y una recuperación de 24 horas, señaló el especialista Santiago Nava Townsend.

fibrilación auricularEl jefe de Electrocardiología del Instituto Nacional de Cardiología indicó en entrevista con Notimex que aunque no existe una estimación exacta, en México se calcula que hay entre 500 mil y 800 mil personas afectadas con el trastorno, lo que aumenta el riesgo de una a siete veces más el de sufrir una embolia cerebral e insuficiencia cardíaca.

Existen varios medicamentos para tratarla, sin embargo, su eficacia es baja; hasta más de 65 por ciento de los pacientes vuelven a presentar la arritmia. Desde más o menos 15 años se trata con un procedimiento de intervención percutánea, sin abrir el tórax, se llega al corazón a través de las venas’, explicó.

El procedimiento, llamado ablación por radiofrecuencia, detalló, logra eliminar la arritmia en más de 85 por ciento de los casos y tiene apenas un porcentaje de riesgo de dos por ciento, que puede ser como sufrir un moretón o alguna otra molestia mínima, mientras que el peligro de mortalidad es de uno entre seis mil pacientes.

Además de que, indicó, como es una intervención mínimamente invasiva, la recuperación es muy rápida; en menos de 12 horas el paciente se puede levantar de la cama, salir caminando del hospital, tener una convalecencia de 24 horas a su casa y retomar sus actividades laborales y cotidianas a 36 horas de haber realizado el procedimiento.

Lo cual representa una enorme ventaja contra cualquier cirugía donde sabemos que un paciente puede pasar una semana, 10 o 15 días en convalecencia después de una operación abierta del corazón, señaló.

El procedimiento que dura entre dos y cuatro horas, explicó, consiste en tratar de producir pequeñas lesiones, forma de una cauterización alrededor de las venas en la aurícula izquierda del corazón, las cuales se cree que producen la actividad eléctrica anormal que genera la arritmia, con un catéter especial que usualmente es introducido por las venas de la ingle.

Es un procedimiento que requiere de mucha tecnología y precisión para aplicar las pequeñas lesiones. La tecnología que usamos se llama cartografía electroanatómica, una forma de GPS que pone un campo magnético para que el catéter, con el cual se hacen las lesiones, sea detectado por los parches.

Entonces, señaló Santiago Nava, se puede reconstruir la cavidad del corazón en tercera dimensión y navegar dentro de ella como si fuera una aplicación de manejo que nos va diciendo a que zonas vamos a dirigir el catéter para poner las pequeñas lesiones hasta aislar las cuatro venas de la aurícula izquierda.

noviembre 23/2019 (Notimex). – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

noviembre 25, 2019 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Cardiología, Enfermedades Cardiovasculares, Farmacología | Etiquetas: |

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