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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que cada 40 segundos se suicida una persona, por lo que ha instado a los países a que incorporen de forma sostenida programas nacionales de salud y formación estrategias de eficacia probada para la prevención del suicidio.
En concreto, y con motivo de la celebración reciente del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el organismo informó de que la tasa de suicidios estandarizada por edad correspondiente a 2016 fue de 10,5 por 100 000 habitantes, si bien la variación fue enorme de un país a otro, desde 5 suicidios por 100 000 habitantes a más de 30.
Así, pese a que el 79 por ciento de los suicidios de todo el mundo se registraron en los países de ingresos bajos y medianos, la tasa más elevada (de 11,5 por 100 000 habitantes) correspondió a los países de ingresos altos, en los que, además, se suicidan casi tres veces más hombres que mujeres, frente a los países de ingresos bajos y medianos, en los que la tasa está más igualada.
En este sentido, la OMS ha informado de que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito. En los adolescentes de 15 a 19 años, es la segunda causa de muerte entre las niñas (después de las afecciones maternas) y la tercera entre los niños (después de los accidentes de tránsito y la violencia interpersonal). Los métodos de suicidio más utilizados son el ahorcamiento, la intoxicación voluntaria por plaguicidas y las armas de fuego.
Medidas de prevención eficaces
La OMS también ha señalado que las intervenciones que han resultado ser más eficaces en la reducción de los suicidios son la restricción del acceso a los medios de suicidio; la sensibilización de los medios de comunicación para que informen sobre los suicidios de forma responsable; la puesta en marcha entre los jóvenes de programas de aptitudes para la vida que les permitan hacer frente a las dificultades cotidianas; y la detección temprana, gestión y seguimiento de las personas en riesgo de suicidio.
La intervención con mayor potencial inmediato para reducir el número de suicidios es la restricción del acceso a los plaguicidas que se utilizan para la intoxicación voluntaria. La elevada toxicidad de muchos plaguicidas significa que muchos intentos de suicidio con frecuencia desembocan en la muerte, especialmente cuando no existen antídotos o no hay servicios médicos cerca, ha dicho la OMS.
El país mejor estudiado es Sri Lanka, donde una serie de prohibiciones redujeron la tasa de suicidios en un 70 por ciento y, según las estimaciones, permitieron salvar las vidas de 93.000 personas entre 1995 y 2015. En la República de Corea prohibición de un herbicida en 2011-2012 hizo que las muertes por intoxicación con plaguicidas se redujeran a la mitad entre 2011 y 2013.
El registro oportuno y la vigilancia periódica de las tasas de suicidio en el ámbito nacional son, a juicio de la OMS, los cimientos de las estrategias nacionales eficaces para la prevención del suicidio, si bien solo 80 de los 183 estados miembros del organismo para los que se publicaron estimaciones en 2016 disponían de registros civiles con datos de buena calidad. La mejora de la vigilancia permitirá establecer estrategias más efectivas para la prevención del suicidio y notificar de forma más exacta los progresos hacia el logro de las metas mundiales, ha zanjado la OMS.
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setiembre 22/2019 (Redacción Médica)