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A partir de un estudio de tejido de 16 regiones cerebrales de seres humanos, macacos y chimpancés, los investigadores de un estudio internacional liderado por la Universidad de Yale han identificado dos periodos de desarrollo neurológico (la fase embrionaria y la infancia) que diferencian los seres humanos del resto de primates y que pueden dar lugar a la aparición de capacidades cognitivas propiamente humanas.
El sistema neuronal de los infantes humanos madura más lentamente y durante más tiempo que el de los macacos. Esta maduración más pausada podría aportar una mayor plasticidad neuronal a los humanos durante su infancia, permitiendo una mayor habilidad para el aprendizaje, la memoria y la percepción sensorial, todos ellos rasgos de una capacidad cognitiva del más alto nivel.
La investigación también ha revelado que diversos genes relacionados con el riesgo de padecer trastornos neuropsiquiátricos muestran diferencias en su expresión en humanos y macacos. En particular, los genes relacionados con la aparición del autismo, el trastorno por déficit de atención, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson parecen diferenciar a los humanos de sus parientes más cercanos por su diferente forma de expresarse. El estudio fue publicado por Science 2018.
enero 25/2019 (neurologia.com)