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La articulación de la cadera, que une el tronco con la extremidad inferior, está formada por dos huesos: el fémur, donde empieza la pierna, y la pelvis, formada, a su vez, por el sacro, el cóccix y los coxales derecho e izquierdo -huesos grandes de forma irregular-, los cuales están configurados por la fusión del ilion, el isquion y el pubis.
En el anciano se producen dos tipos de fracturas:
- En la zona articular del fémur: fracturas intracapsulares y fuera de la cápsula articular (zona superior de la caña del fémur). El paciente tiene una recuperación incapacitante y suele ser el detonante de una gran pérdida de calidad de vida posterior, como su paseo diario o sus relaciones sociales.
- En las ramas pubianas, parte del hueso pélvico con forma de anillo que se encuentra encima del pubis.
“Una fractura de rama pubiana acontece fuera de la articulación de la cadera y prácticamente carece de importancia desde el punto de vista traumatológico, ya que suele ser una fisura ósea que se vuelve a unir con facilidad. Es infrecuente realizar una intervención quirúrgica. Se curan solas, con reposo”, indica.
“El anciano no sufrirá cojera en el futuro -añade-, pero aún así padecerá un gran dolor al incorporarse y al ponerse de pie, por lo que tendrá que guardar descansa en el sillón o en la cama durante dos meses, algo que le puede llevar a soportar problemas respiratorios, como neumonía, o de circulación sanguínea, con trombosis”.
Prevención de fracturas de rama pubiana en ancianos
La prevención de las fracturas, tanto de la articulación de la cadera como de las ramas pubianas, se realiza a lo largo de la vida en varias direcciones, que deben ser complementarias. Todos debemos llegar a la edad adulta con la mejor cantidad y calidad de masa muscular y ósea posibles.
“Tomar suficientes alimentos con calcio, realizar ejercicio físico diario y tomar el sol para propiciar la vitamina D, que ayuda a que ese calcio se fije en los huesos. Tenemos que llegar a la edad adulta con los huesos duros, sin fragilidades”, aconseja.
Además, hay que evitar trampas caseras instalando platos de ducha con agarraderas y con superficies que impidan los resbalones, haciendo un buen mantenimiento del estado de las alfombras, o guardándolas en el trastero, y colocando luces de guía para que se sitúen espacialmente y no se caigan por la noche.
agosto 31/2018 (efesalud.com)