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Dentro de la estrategia para alcanzar las cifras deseadas de presión arterial, no pueden faltar las recomendaciones de estilo de vida saludable. Su utilidad está respaldada por el máximo aval científico, así que las disposiciones en las nuevas guías para el manejo de la hipertensión consensuadas por los especialistas europeos se reafirman en los consejos de actividad física y alimentación sana.
Entre los matices que se introducen, Antoni Coca, director de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico de Barcelona, sintetiza que «el límite en el consumo de sal es ahora taxativo: 2 gramos de sodio al día, equivalentes a 5 gramos de sal», en línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El especialista reconoce que es una meta «dificilísima», porque en España, como en otros países del entorno, la ingesta habitual de la población se estima en los 10 gramos de sal. «Sin embargo, hay que intentarlo, ya que restringir la sal no solo ayuda a controlar la hipertensión, sino también ataja el riesgo de otras enfermedades, como el cáncer de estómago».
Dieta mediterránea
Además, por primera vez, las guías hacen una mención específica a la dieta mediterránea, de la mano del estudio sobre Prevención con Dieta Mediterránea (Predimed), que demostraba cómo el aceite de oliva reduce las cifras tensionales.
Asimismo, para facilitar su comprensión, las pautas de ingesta de alcohol pasan de proponerse en gramos de alcohol puro a enumerarse en unidades (equivalentes a 125 ml de vino o 250 ml de cerveza). «Lo recomendado es una ingesta inferior a las 14 unidades semanales en el varón, y la mitad en la mujer; preferentemente, en las comidas». Esto no debe tomarse como equivalente a concentrar todas las copas en el fin de semana, lo que se conoce como binge drinking.
Coca enfatiza que las recomendaciones son universales, pues en los normotensos «ayudarán a evitar un aumento de la presión arterial, y en los individuos con hipertensión contribuirán a reducir las dosis necesarias de fármacos».
Las nuevas guías europeas también explicitan la recomendación de que diferentes profesionales sanitarios, como los de enfermería y los farmacéuticos, se impliquen en el control de la hipertensión arterial. «En el documento, se recoge expresamente que estén involucrados con este problema sanitario», afirma el también catedrático de Medicina Interna de la Universidad de Barcelona.
Como enfermedad crónica, la hipertensión arterial exige años de seguimiento y, por tanto, la labor de equipos multidisciplinarios es importante a la hora de afianzar el cumplimiento de los pacientes. En ese punto, Coca también alude a la relación entre el médico y el paciente, también otro pilar en la consecución de la adherencia terapéutica.
junio 25/2018 (diariomedico.com)