ene
12
Un niño que ahora tiene 10 años se sometió con éxito a un doble trasplante de manos por una infección grave en la infancia. Dos años más tarde, se ha observado cómo el cerebro se ha reorganizado en respuesta a la amputación y al trasplante.
A partir de investigaciones realizadas en primates no humanos y de estudios de imagen cerebral en pacientes adultos se sabe que, después de una amputación, el cerebro se remapea cuando ya no recibe información procedente de las manos, lo que se denomina reorganización cortical masiva. Así, el área del cerebro que representa a las sensaciones procedentes de los labios se traslada hasta 2 cm hacia el área que anteriormente representaba a las manos. Pero en este paciente, cuando las nuevas manos empezaron a recuperar su función, se ha visto que el proceso es reversible.
Mediante el uso de imágenes avanzadas, los investigadores midieron la actividad magnética del cerebro del niño para detectar la localización, la fuerza y el momento de sus respuestas a los estímulos aplicados en sus labios y en sus dedos. Realizaron estas pruebas cuatro veces el año siguiente al trasplante. Se detectaron cambios significativos en las dos visitas posteriores que indicaban una mejor respuesta a los estímulos, una señal de que el remapeo del cerebro se estaba revirtiendo hacia un patrón más normal.
Según los científicos, las señales sensoriales llegaban a la localización correcta del cerebro, pero quizá no estaban todavía plenamente integradas en la red somatosensorial, pero se espera que, con el tiempo, estas respuestas sensoriales se vuelvan más típicas para su edad. El estudio fue recientemente publicado en Ann Clin Transl Neurol 2017. doi:10.1002/acn3.501.
enero 11/2018 (neurologia.com)