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Cuando una persona sufre dolor de cabeza, recurre a un analgésico y, por lo general, los síntomas desaparecen. Lo mismo ocurre con los dolores de muelas repentinos o con las molestias puntuales en alguna zona concreta del cuerpo.
Sin embargo, hay dolores que perduran días, semanas, meses e incluso años, hasta el punto de que la persona que los sufre se acostumbra a vivir con esa molestia. Eso son los denominados dolores crónicos y a afectan al 17 % de la población en España.
¿Qué es el dolor?
Llamamos dolor a una experiencia sensorial desagradable en alguna parte del cuerpo desencadenada por el sistema nervioso. Existen diferentes tipos de dolores: agudos, sordos, intermitentes o constantes. Pueden estar localizados en alguna zona concreta o bien presentarse de forma generalizada, como ocurre por ejemplo con la gripe.
Causas del dolor crónico
El dolor crónico más frecuente se localiza en las articulaciones, zona lumbar, cabeza o espalda y puede estar originado por diversos factores.
- Algunos dolores articulares crónicos están relacionados con la artrosis, en la que se produce un proceso degenerativo del cartílago.
- Los dolores crónicos en piernas o espalda pueden tener su origen en lesiones o enfermedades de la columna.
- “Síndrome del dolor regional complejo”: es un tipo de dolor crónico que puede presentarse en manos o pies después de una lesión o fractura.
- Dolor consecuente a una intervención quirúrgica que haya producido la lesión de algún nervio.
- Dolores de origen neurológico.
- Dolor crónico vinculado a las emociones: es una categoría de dolor a la que se le está dedicando una atención especial. El dolor no es más que un impulso nervioso, por lo que es importante controlar las emociones y estados de ánimo para mantenerlo a raya. Como explica el doctor Jordi Montero en su libro Permiso para quejarse: “Nuestra consciencia tiene un dominio limitado de nuestros sentimientos y estos pueden generar dolores que están en nuestro cerebro, sin que nosotros lo sepamos”. Montero es especialista en neurofisiología y un referente en la investigación del tratamiento del dolor.
Prevalencia del dolor crónico
El dolor crónico es la primera causa de baja laboral en España y afecta a cerca de 5 millones de personas. En Europa occidental, se calcula que 70 millones de personas padecen este trastorno. Muchos de esos pacientes no conocen exactamente el origen del problema y han acabado asumiendo el dolor como algo inevitable que forma parte de sus vidas.
Tratamientos multidisciplinares
Para abordar de forma integral la problemática del dolor se han creado unidades especiales de tratamiento, son las denominadas clínicas del dolor. En España existen 180 unidades de este tipo que trabajan de una manera multidisciplinar con la ayuda de médicos especialistas, psicólogos, farmacólogos y asistentes sociales. La idea es abordar cada caso de manera diferenciada y aplicar las técnicas necesarias hasta conseguir una mejoría global del paciente.
Los expertos defienden la tesis de que el dolor crónico es una enfermedad en sí misma, y no solo el síntoma de una afección concreta. Por eso animan a la población a que cambie de mentalidad y asuma que no debe aprender a convivir con el dolor, porque la cura es posible.
Nuevas tecnologías para el dolor
Dentro del conjunto de tratamientos contra el dolor crónico está cobrando auge la terapia de la Andulación. Se trata de una nueva tecnología que combina las propiedades terapéuticas de las vibraciones mecánicas con las capacidades antiinflamatorias del calor aplicado en profundidad.
Las vibraciones mecánicas crean unos estímulos positivos en el cuerpo que van aumentando de forma progresiva, de manera que acaban superponiéndose a los estímulos del dolor. Además, un uso continuado de la técnica contribuye a que el cuerpo libere endorfinas, que actúan como analgésicos naturales y son responsables del sentimiento de bienestar.
La terapia de la Andulación se lleva a cabo a través de dispositivos mecánicos que producen vibraciones y emiten calor. El tratamiento puede recibirse en centros especializados, pero también puede aplicarse en el propio domicilio adquiriendo el dispositivo. Las sesiones suelen durar alrededor de 15 minutos y ayudan a conseguir un alivio del dolor, en algunos casos de forma inmediata. La terapia es muy útil para el tratamiento de la ciática, lumbalgia, dolores articulares, hernia discal, fibromialgia, estrés y cefaleas, entre otros trastornos.
septiembre 5/2017 (noticiasdelaciencia.com)