La idea de que los humanos modernos evolucionaron en el este de África hace 200 000 años podría dejar de ser válida. Un equipo de paleoantropólogos ha descubierto restos óseos de Homo sapiens con unos 300 000 años de antigüedad en el yacimiento Jebel Irhoud, en Marruecos, un hallazgo revolucionario que adelanta 100 000 años los orígenes de nuestra especie.

Yacimiento de Jebel Irhoud, Marrueucos. / Shannon McPherron, MPI EVA Leipzig/CC-BY-SA 2.0

Los científicos acaban de mover los orígenes de nuestra especie en el espacio y en el tiempo. Hasta el momento se pensaba que los restos de Homo sapiens más antiguos eran los encontrados en el este de África, en Etiopía, hace unos 200 000 años, pero ahora se han identificado huesos de cráneo, cara y mandíbula de los primeros miembros de nuestra especie en Marruecos y se ha determinado que son de hace unos 315 000 años.

Este descubrimiento indica que el Homo sapiens apareció más de 100 000 años antes de lo que se creía. Los hallazgos, publicados esta semana en dos artículos de la revista Nature, no implican que nuestra especie se originara justo en esa región del

norte de África. Según los autores, lo que sugieren es que los primeros humanos modernos evolucionaron en todo el continente africano.

«Hasta la fecha se pensaba que probablemente el Homo sapiens se había originado bastante rápido en un ‘jardín del Eden’ del África subsahariana», comenta a Nature, Jean-Jacques Hublin, investigador del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) y coautor de los dos trabajos.

“Pero ahora diría que ese ‘jardín del Edén’ es todo el continente africano», añade Hublin, que durante una década ha sido uno de los responsable de la excavación en el yacimiento marroquí donde se han encontrado estos restos humanos más antiguos: Jebel Irhoud, cerca de la costa atlántica.

Cronología de un gran descubrimiento

Hublin supo de la existencia de este yacimiento por primera vez a comienzos de la década de 1980, cuando le mostraron una desconcertante mandíbula inferior de un niño procedente de ese lugar. En excavaciones posteriores, se encontraron un cráneo, junto a herramientas de piedra sofisticadas y otras muestras de la presencia humana.

«Los huesos parecían demasiado primitivos para ser algo comprensible, por lo que la gente planteó algunas ideas extrañas», dice el paleoantropólogo. De hecho, en aquel momento los expertos supusieron que tenían 40.000 años, además de señalar que los neandertales pudieron vivir en el norte de África en esa época. Más recientemente, los investigadores han sugerido que los humanos de Jebel Irhoud fueron una especie arcaica que sobrevivió en esa zona hasta que el Homo sapiens del sur del Sáhara los reemplazó.

El lugar donde la mayoría de los científicos colocan los orígenes de nuestra especie es en África oriental. Dos de los fósiles conocidos más antiguos del Homo sapiens –cráneos con 196 000 y 160 000 años– provienen de Etiopía, y los estudios de ADN de las poblaciones actuales alrededor del globo apuntan a un origen africano hace unos 200 000 años.

Hublin visitó por primera vez Jebel Irhoud en la década de 1990, pero encontró el sitio enterrado. No tuvo ni tiempo ni dinero para excavar el sitio hasta 2004, después de ingresar en la Sociedad Max Planck. Su equipo alquiló entonces un tractor y un buldócer para retirar unos 200 metros cúbicos de roca que bloqueaba el acceso.

La última datación y los nuevos fósiles humanos convencieron a Hublin de que los primeros humanos modernos vivieron en Jebel Irhoud (Marruecos)

Su objetivo inicial era volver a fechar el sitio usando nuevos métodos, pero a finales de los años 2000, el equipo se llevó una sorpresa: descubrió más de 20 nuevos huesos humanos pertenecientes, al menos, a cinco individuos, incluyendo una mandíbula bastante completa, fragmentos de cráneo y herramientas de piedra.

Por su parte, un equipo dirigido por los arqueólogos Daniel Richter y Shannon McPherron, también del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, dataron el sitio y todos los restos humanos encontrados entre 280.000 y 350.000 años, usando dos métodos diferentes: termoluminiscencia sobre los utensilios de piedra hallados en el yacimiento y medidas de radiactividad en los sedimentos.

Este último método de datación y los nuevos huesos convencieron a Hublin de que los primeros humanos modernos vivieron en Jebel Irhoud. «Tenían una cara con la que te podrías cruzar hoy por la calle», apunta el experto. Los dientes –aunque grandes comparados con los de los humanos de hoy– también se ajustan más a un Homo sapiens que a los neandertales u otros humanos arcaicos.

Todos estos datos ofrecen pistas sobre la evolución del linaje de los Homo sapiens en los seres humanos modernos, que según los autores, podrían haber adquirido sus caras características antes de que se produjeran cambios en la forma de sus cerebros.

Por otro lado, la mezcla de rasgos observados en los restos de Jebel Irhoud y otros fósiles similares a Homo sapiens de otros lugares de África apunta a una génesis diversa de nuestra especie y plantea dudas sobre un origen exclusivo en el este de África.

«Lo que pensamos es que antes de 300.000 años hubo una dispersión de nuestra especie, o al menos la versión más primitiva de nuestra especie, en toda África», dice el paleo antropológo. Durante aquel período, el Sáhara era verde y estaba lleno de lagos y ríos. Los animales que recorrieron la sabana africana oriental, incluyendo gacelas, ñus y leones, también vivieron cerca del yacimiento marroquí.

Sin evidencia genómica

El origen del Homo sapiens anterior al establecido también está apoyado por otro estudio previo con análisis de ADN humano antiguo. Un equipo de investigadores liderado por Mattias Jakobsson desde la Universidad de Upsala (Suecia) secuenció el genoma de un niño que vivió en Sudáfrica hace unos 2000 años, y determinó que sus antepasados ​​Homo sapiens se separaron de otras poblaciones africanas actuales hace más de 260 000 años.

Hublin señala que su equipo también ha intentado obtener ADN de los huesos de Jebel Irhoud, pero no lo ha conseguido. Un análisis genómico podría establecer claramente si los restos se encuentran en el linaje que conduce a los seres humanos modernos.

Para el paleontólogo Jeffrey Schwartz, de la Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania, los nuevos hallazgos son importantes, pero no está convencido de que deban ser considerados como Homo sapiens. En su opinión, se han agrupado demasiados fósiles de aspecto diferente en el mismo grupo, complicando los esfuerzos para interpretar nuevos fósiles y plantear escenarios sobre cómo, cuándo y dónde surgió nuestra especie.

«El Homo sapiens, a pesar de ser tan conocido, era una especie sin pasado hasta ahora», apunta María Martinón-Torres, paleoantropóloga del Colegio Universitario de Londres, que recuerda la escasez de fósiles vinculados a los orígenes humanos en África. Pero, en cualquier caso, la experta considera que la falta de los rasgos que definen a nuestra especie –como un mentón y una frente prominentes– indica que los restos de Jebel Irhoud no deberían ser considerados Homo sapiens.

Otro paleo antropólogo, Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres y coautor de un artículo News & Views que acompaña a los dos estudios, reconoce que se quedó desconcertado por los restos de Jebel Irhoud cuando los vio por primera vez a principios de los años 70. El experto sabía que no eran neandertales, pero parecían demasiado primitivos para ser Homo sapiens.

Ahora, sin embargo, con las dataciones más antiguas y los nuevos restos óseos, Stringer está convencido de que los huesos del yacimiento marroquí son del linaje del Homo sapiens. «Marruecos pasa de ser considerado un remanso en la evolución de nuestra especie a tener una posición prominente».

Por su parte, Hublin, que nació en Argelia y huyó a la edad de ocho años cuando comenzó la guerra de independencia, volver al norte de África le ha emocionado: «Siento que tengo una relación personal con este sitio. No puedo decir que hemos cerrado ningún capítulo, pero sí que hemos llegado a una conclusión asombrosa después de este largo viaje”.
junio 9/2017 (agenciasinc.es)

 

Referencias bibliográficas:

Jean-Jacques Hublin, Abdelouahed Ben-Ncer, Shara E. Bailey, Sarah E. Freidline, Simon Neubauer, Matthew M. Skinner, Inga Bergmann, Adeline Le Cabec, Stefano Benazzi, Katerina Harvati & Philipp Gunz. ‘New fossils from Jebel Irhoud, Morocco and the pan-African origin of Homo sapiens’. Nature doi:10.1038/nature22336

junio 10, 2017 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Antropología, Paleontología | Etiquetas: |

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