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Investigadores dijeron recientemente que un estudio que usó imágenes tridimensionales de cientos de personas de ascendencia del este y sur de Asia, de África Occidental y del norte de Europa que el clima local, en especial la temperatura y la humedad, tuvo un papel clave en determinar la forma de la nariz de la raza humana.
Una nariz más ancha era más común en personas de climas más calurosos y húmedos, descubrieron los científicos. Una nariz más estrecha era más común en aquellos originarios de lugares más fríos y secos.
Tener fosas nasales más estrechas ayudaría a aumentar el contacto entre el aire inhalado y el tejido dentro de la nariz que porta la humedad y el calor, dijo el genetista de la Universidad Estatal de Pensilvania Arslan Zaidi, autor principal del estudio publicado en PLOS Genetics.
Nuestra especie apareció en África hace unos 200 000 años y luego emigró a otras partes del mundo. Los investigadores dijeron que las personas con narices más estrechas se habrían adaptado mejor y tenido más hijos que aquellos con fosas nasales más anchas en climas más fríos y secos, impulsando un declive gradual en el ancho de la nariz.
El hallazgo respalda, en general, la llamada Regla de Thomson, formulada por el antropólogo británico Arthur Thomson (1858-1935), de que las personas de climas más fríos y secos tienden a tener narices más largas y finas que aquellos de lugares más cálidos y húmedos.
Zaidi dijo que la mayor parte de la evidencia previa relacionada con la Regla de Thomson se basaba en mediciones de cráneos, mientras que este estudio analizó también la forma externa de la nariz.
marzo 24/2017 (Reuters)