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Las personas que padecen migrañas podrían afrontar un riesgo ligeramente más alto de ictus tras una operación quirúrgica. El mayor riesgo parece encontrarse entre quienes experimentan migrañas con aura.
Los investigadores recogieron datos de 124 558 pacientes quirúrgicos del Hospital General de Massachusetts y de dos hospitales afiliados entre enero de 2007 y agosto de 2014. Tenían una media de 52,6 años y el 54,5 % eran mujeres. De todos los pacientes, menos de un 1 % sufrieron un ictus en un plazo de 30 días tras la cirugía. De todos los pacientes con ictus, un 8,2 % tenían diagnóstico de migraña. De ellos, un 12,6 % padecía migrañas con aura, y un 87,4 % migrañas sin aura.
Habitualmente, por cada mil pacientes quirúrgicos se producirían 2,4 casos de ictus, pero el riesgo absoluto de ictus de un paciente con migrañas tras la cirugía fue de 4,3 casos por mil. Entre quienes tenían migrañas con aura, el riesgo absoluto fue de 6,3 casos de ictus por cada mil pacientes. Las probabilidades de un segundo ingreso hospitalario también eran más elevadas en los pacientes que tenían migrañas.
El vínculo entre las migrañas y el ictus se mantuvo tras tener en cuenta el motivo de la operación, el procedimiento en sí y factores como la edad, el sexo y la enfermedad de los vasos sanguíneos preexistente, que podrían haber aumentado el riesgo de ictus. Además, se observó una asociación entre fármacos vasopresores, administrados para estabilizar la presión arterial durante la cirugía, y un aumento en el riesgo de ictus entre los pacientes migrañosos.
febrero 24/2017 (neurologia.com)