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El método psicoeducativo -paciente y familia- ha validado su eficacia reduciendo las visitas a urgencias y mejorando visiblemente los síntomas negativos.
La intervención precoz es indispensable para evitar las posibles recaídas que aparecen en los adolescentes -entre 14 y 18 años- con psicosis, según los resultados de una investigación publicada en el Journal of American Academy of Child and Adolescent Psychiatry y llevada a cabo por miembros del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, en la que se validan los buenos resultados de la citada intervención.
Un equipo de investigadores coordinado por Celso Arango, jefe de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del citado centro, junto a la psiquiatra Carmen Moreno, y la psicóloga María Mayoral, entre otros, ambas del mismo servicio, ha desarrollado y mostrado la eficacia de un pionero programa psicoeducativo, el denominado Piensa (Programa de Intervención en Psicosis Adolescente), para «el tratamiento de los primeros episodios de psicosis en adolescentes, proyecto en el que las familias, por primera vez en intervenciones de este tipo, participan paralelamente», indica a DM Carmen Moreno.
Esta intervención, que se incluye en la cartera de servicios del hospital, «se realiza con los adolescentes y sus familias de forma paralela -en el mismo horario, pero con distintos terapeutas-, y consta de tres sesiones individuales y doce sesiones grupales cada quince días. Se realiza durante nueve meses, un curso lectivo, y se propone como complemento de los tratamientos y terapias que los pacientes y sus familiares estén recibiendo ya en otros dispositivos.
Notables mejorías
«En estos grupos se trabaja, fundamentalmente, con el modelo psicoeducativo mediante la resolución real de dilemas que pueden presentarse a lo largo del día y ante los que los chicos con psicosis suelen tener más problemas y más fracasos», señala Moreno. Se trabajan así aspectos como la comunicación, la aceptación del diagnóstico, el estigma, la red social y el manejo de las situaciones estresantes. El fin es prevenir las recaídas y recuperar el control de la vida diaria».
Moreno explica que para comprobar la efectividad del método se comparó la eficacia de este tipo de intervención frente a la de otra que era igual en todo, excepto en el enfoque terapéutico. Los datos analizados han puesto de relieve que los adolescentes que participaban en el programa psicoeducativo Piensa «registraban un menor número de visitas a urgencias y, además, también había una disminución significativa de los síntomas negativos de la psicosis, que son los más complejos de tratar, ya que las medicaciones no son realmente influyentes, y son los que realmente empeoran el pronóstico «.
Una nueva validación, que se llevó a cabo a los dos años de la primera intervención, indica que «todavía persisten diferencias entre los adolescentes asignados al programa psicoeducativo y los que no, en la disminución de las visitas a urgencias, lo que ratifica que son capaces de manejar, por ellos mismos, este tipo de situaciones».
enero 29/2017 (diariomedico.com)