Las enfermedades de origen profesional son procesos patológicos cuya principal característica es la relación causal entre el trabajo y la aparición de la enfermedad. Actualmente, la más prevalente es el asma, pero patologías como la silicosis siguen teniendo un gran impacto, aunque ahora están vinculadas a sectores industriales diferentes. Los neumólogos lamentan que estas dolencias se siguen diagnosticando demasiado tarde y, en muchos casos, están infra declaradas.

El conocimiento de las enfermedades respiratorias ocupacionales es cada vez más preciso. Sin embargo, a pesar de ello siguen estando infra diagnosticadas e infra declaradas, y aún es posible avanzar mucho en su detección temprana para alejar al paciente del agente causante e iniciar un tratamiento adecuado.

Una historia clínica completa y la implicación del médico del trabajo y del médico de familia, junto a una mejora de los registros, son aspectos que los expertos consideran prioritarios para mejorar el manejo de estas enfermedades.

Actualmente, la enfermedad ocupacional respiratoria más frecuente es el asma ocupacional, que representa entre el 60 y el 70 % de todas las que se diagnostican en algunas localizaciones, según la actividad industrial predominante en la zona.

La silicosis de los mineros del carbón fue durante décadas una de las principales preocupaciones de los neumólogos dedicados a la enfermedad profesional. Sin embargo, en los últimos años la incidencia de esta enfermedad ha descendido notablemente y, en cambio, está aumentando de forma notable la silicosis por exposición a granitos, pizarras y conglomerados de cuarzo, según explica Cristina Martínez, del área del pulmón del Instituto Nacional de Silicosis-Hospital Universitario Central de Asturias, centro que es referencia nacional para este tipo de enfermedades.

Materiales de cuarzo

En otras zonas, como la mediterránea, “la silicosis es más frecuente en actividades como la de los protésicos dentales, por las cerámicas con las que trabajan, o en quienes manipulan materiales de cuarzo para encimeras”, apunta Ferrán Morell, neumólogo del Instituto de Investigación Valle de Hebrón, de Barcelona.

“La situación es muy alarmante porque la mayor parte de estos casos de silicosis se detectan en población joven”, indica Cristina Martínez. Esta especialista llama la atención sobre el hecho de que, a diferencia de las empresas mineras, de tamaño considerable y con servicios de prevención potentes, “las conocidas como canterías y marmolerías, que en realidad trabajan poco con mármol -que es un material que contiene muy poca sílice-, y mucho con otros mucho más peligrosos, como granitos y conglomerados de cuarzo, suelen ser empresas pequeñas y dispersas. En ellas, el control del cumplimiento de las medidas de prevención es más difícil. La realidad es que nos llega enfermedad muy avanzada en gente muy joven que cuando acude a nosotros incluso ya necesita un trasplante”.

Las grandes empresas que trabajan con este tipo de materiales están realizando esfuerzos en la prevención. Sin embargo, “el problema está en los talleres pequeños, incluso en los trabajadores que tienen que rematar las obras de colocación de este tipo de encimeras de cuarzo en los domicilios y que trabajan sin medidas de humidificación y captación del polvo”.

Productos irritantes

Otro de los sectores sobre el que los neumólogos llaman la atención es el de la limpieza porque se manejan de forma continuada productos irritantes. “Aquí nos encontramos con dificultades para el diagnóstico porque no es fácil establecer la vinculación de los síntomas con el agente causante y etiquetar la enfermedad como laboral”, indica Martínez. El de la peluquería es otro sector de riesgo de padecer asma ocupacional por persulfatos, según explica Morell. Los isocianatos, compuestos contenidos en materiales como plástico y poliuretano, son el agente vinculado en mayor medida con el asma ocupacional.

Uno de los factores que explican el infradiagnóstico está relacionado con el hecho de que se trate de enfermedades que, en algunos casos, como es el de la silicosis, no dé síntomas en estadios iniciales. “Además es necesario tener presente que, aunque los servicios de prevención realizan esfuerzos importantes en la vigilancia de estas enfermedades, los reconocimientos son voluntarios para el trabajador”, explica Martínez.

Esta especialista alerta sobre el hecho de que, además, estas enfermedades están infradeclaradas, “por lo que sería bueno mejorar el sistema de registros”. Otra cuestión importante son los intereses por parte de algunos agentes implicados de que la enfermedad cuando se diagnostica no se etiquete como profesional sino como enfermedad común o como accidente de trabajo, según explican los expertos, que destacan el papel de las mutuas en relación con este asunto.

Asma ocupacional.

Alrededor del 25 % de los casos de pacientes con asma que se inicia en la edad adulta están relacionados con el trabajo, según Ferrán Morell.

Este especialista resalta la importancia del diagnóstico diferencial con bronquiectasias (dilataciones de los bronquios que causan infecciones bronquiales de repetición).

Alrededor de un 20 % de los asmáticos moderados o graves, según Morell, son falsos asmáticos “y en realidad presentan bronquiectasias”. De ahí la importancia de realizar tomografías computarizadas (TC) de alta resolución, según Morell, en caso de sospecha de esta enfermedad.

El tratamiento es muy diferente: “El uso de azitromicina u otro de los antibióticos del grupo de los macrólidos es muy conveniente en los pacientes con bronquiectasias sintomáticas”.

El experto destaca la importancia de los centros de referencia en las enfermedades respiratorias para un diagnóstico preciso. La radiografía de tórax es la principal herramienta para buena parte de las enfermedades respiratorias ocupacionales de origen inorgánico.

La TC de alta resolución resulta útil para determinar si se trata de una enfermedad bronquial, como las bonquiectasias, o intersticial, como fibrosis, neumonitis por hipersensibilidad o asbestosis, entre otras.

En 5 ideas

1. Situación actual

Hoy en día, la enfermedad ocupacional respiratoria más frecuente es el asma, que representa entre el 60 y el 70 por ciento de todas las que se diagnostican en algunas localizaciones.

2. Silicosis

La incidencia de silicosis ligada a la minería ha descendido, pero aumenta la relacionada con la exposición a granitos, conglomerados de cuarzo o cerámicas para prótesis dentales.

3. Diagnóstico tardío

Muchos casos de silicosis se detectan en población muy joven cuando la enfermedad ya está muy avanzada, incluso cuando el trasplante de pulmón es ya la única opción terapéutica.

4. sector de la limpieza

En las empresas dedicadas a la limpieza se manejan de forma continuada productos irritantes. En este entorno no es fácil establecer la relación entre los síntomas y el agente causante.

5. Claves de manejo

Una historia clínica completa, la implicación del médico del trabajo y el de familia y una mejora de los registros son los aspectos prioritarios en el abordaje de estas enfermedades.

octubre 18/ 2016 (correo farmacéutico)

octubre 19, 2016 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Medicina del Trabajo | Etiquetas: , , |

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