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La ciencia y la filosofía han abordado a lo largo de la historia del pensamiento y desde diferentes perspectivas epistémicas el problema mente-cerebro. La primera de ellas acota áreas específicas de la realidad y construye hipótesis de corto alcance y múltiple conectividad inter científica con el objetivo de validar modelos teóricos; la segunda extiende su arquitectura sistémica al conjunto de lo real (incluida la actividad científica).
Un nuevo estudio publicado en la revista de Neurología, se adentra en la complejidad del problema mente-cerebro, que exige generar un vínculo de conexión disciplinar entre la filosofía y la ciencia. Los autores defienden el materialismo emergentista como solución filosófico-científica coherente y contrastable en contraposición a otras propuestas desarrolladas desde diferentes modelos ontológicos (por ejemplo, dualismo interaccionista, funcionalismo, teoría de la identidad, epifenomenalismo…).
Según los autores, la respuesta al problema mente-cerebro sólo es factible desde una neurociencia cognitiva fundamentada filosóficamente: el materialismo emergentista afirma que la mente es una propiedad emergente (novedad cualitativa) del cerebro; el realismo científico sostiene que la neurociencia cognitiva es la herramienta teórico-experimental básica que posibilita el acceso cognitivo tanto al cerebro como a sus procesos neurocognitivos. A partir de esta fundamentación filosófica, la neurociencia cognitiva adquiriría legitimidad epistémica para acometer el estudio del proceso mental más genuinamente humano: la conciencia.
septiembre 01/ 2016 (Neurología)