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Un estudio publicado en PLoS Biology sugiere que un tratamiento con la proteína Aggf1, que promueve la angiogénesis, podría tratar infartos agudos en ratones. Los beneficios terapéuticos dependen de la autofagia.
La angiogénesis terapéutica es un tratamiento experimental que usa los mecanismos del propio cuerpo para generar nuevos vasos sanguíneos, que pueden servir como «bypasses» de vasos obstruidos. El equipo liderado por Qing Kenneth Wang, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong (China), y que también trabaja en la Clínica Cleveland (Estados Unidos), estudian el potencial de la Aggf1 como promotora de la angiogénesis, y publican sus resultados en PLoS Biology.
Una de las respuestas a la presencia de la proteína es la inducción de la autofagia en las células del endotelio, según han descubierto los científicos. Asimismo, cuando observaron los corazones de ratones tratados con Aggf1, advirtieron que la autofagia se había dado además en otros tipos de células del corazón.
Para evaluar la conexión entre la inducción de autofagia y angiogénesis mediante Aggf1, el equipo utilizó fármacos que inhiben la autofagia. El tratamiento de las células del endotelio expuestas a la proteína y a esos fármacos bloquearía la formación de vasos sanguíneos en las primeras etapas, lo que sugeriría que la autofagia es necesaria para la angiogénesis mediante Aggf1.
Adicionalmente, los investigadores desarrollaron ratones con mutaciones en una o ambas copias de la Aggf1, descubrieron que los embriones que no poseían la proteína morían. Alrededor del 60 por ciento de los ratones que tenían una copia intacta sobrevivieron hasta la vida adulta, pero con niveles de autofagia en el corazón muy bajos.
El equipo estudió entonces a ratones con infarto de miocardio, y descubrió que los niveles de Aggf1 aumentan en el tejido cardiaco dañado tras al infarto, lo que sucedería debido a la hipoxia. El tratamiento con Aggf1 externa tras el infarto de miocardio incrementó el número de ratones supervivientes tras dos y cuatro semanas. También mejoró los parámetros medidos en los ecocardiogramas y otras funciones cardiacas.
Mecanismos moleculares
En cuanto a los mecanismos, Wang y su equipo indican que la Aggf1 induce la autofagia y la angiogénesis, incrementa el número de células cardiacas supervivientes, y reduce la cicatrización en el corazón tras el infarto de miocardio. También identificaron un regulador molecular llamado JNK que regula la inducción de la autofagia mediante Aggf1. El bloqueo de la autofagia mediante fármacos o mutaciones genéticas anula la habilidad de la proteína para favorecer la angiogénesis y la reparación de tejido cardiaco.
Sin embargo, aún no está claro cómo la autofagia activa la angiogénesis, pero los investigadores concluyen que sus resultados «descubren nuevos mecanismos moleculares fundamentales subyacentes en la autofagia y la terapia con angiogénesis y proporciona una nueva estrategia de tratamiento para el infarto de miocardio, la principal causa de muerte súbita en el mundo».
agosto 16/2016 (Diario Médico)
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