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Científicos estadounidenses han demostrado que un micro-ARN específico tiene fuertes vínculos con una serie de trastornos neuropsiquiátricos, incluyendo el trastorno del espectro autista.
El micro-ARN, conocido miR-980, sirve como supresor de la memoria en múltiples regiones del cerebro de la mosca de la fruta Drosophila, ampliamente empleada en los estudios de la memoria humana.
Los resultados de un estudio publicado en Cell Reports, donde los investigadores se propusieron buscar los genes que regula miR-980; identificando 95 objetivos específicos que podrían ajustarse y detectaron que mi-R980 se dirige e inhibe un gen conocido como A2bp1, implicado en la susceptibilidad al autismo y en los procesos de memoria.
Cuando se sobre expresa A2bp1, mejora la memoria, y miR-980 también afecta a la memoria cuando se modula de forma artificial. Esto ofrece un poderoso modelo que describe la red de genes potencialmente subyacente al trastorno del espectro autista.
Las diferentes redes neuronales que se forman debido a distintos niveles de A2bp1 puede dar cuenta de la gama de capacidades intelectuales observada en el trastorno del espectro autista en el modelo de la mosca, pero el hecho de que A2bp1 desempeñe un papel importante en el autismo y la epilepsia conlleva una conexión humana con el estudio.