may
8
‘Nadie es así por elección, eso está claro’, confiesa Anders, quien torturado por sus fantasmas, participa voluntariamente en un ensayo con el que los médicos suecos esperan reducir el riesgo de que los pederastas pasen al acto.Este treintañero, que habla bajo un nombre falso, asegura no haber abusado nunca de un niño, pero sus fantasías anormales le llevaron a pedir ayuda.
En el instituto Karolinska de Estocolmo, los pacientes del psiquiatra Christoffer Rahm prueban la eficacia de Degarelix, un medicamento usado en el tratamiento del cáncer de próstata que bloquea la secreción de tetosterona, la principal hormona sexual masculina.
‘El objetivo es elaborar un programa de tratamiento preventivo para los hombres con trastornos pederastas, que a la vez sea eficaz y se tolere, para impedir las agresiones sexuales a niños’, explica a la AFP.
La castración química se emplea en la lucha contra la reincidencia de los delincuentes sexuales pero, según él, nunca de forma preventiva. ‘La originalidad de este estudio estriba en que se pasa de un enfoque reactivo a uno proactivo’, recalca.
Por motivos metodológicos, éticos y legales hay pocos estudios clínicos sobre la pederastia. Y es que exigen una colaboración estrecha entre los investigadores y los servicios de protección de la infancia.
En el ensayo sueco, a la mitad de los 60 pacientes voluntarios se les administra una inyección de Degarelix y a los otros un placebo. Los primeros sufren una caída brutal de la tetosterona al cabo de tres días, durante unos tres meses aproximadamente.
Ni el médico ni Anders saben en cuál de los dos grupos se encuentra, lo descubrirán al final del ensayo, dentro de dos o tres años.
‘He notado que mi deseo sexual ha disminuido recientemente. No sé si es gracias al medicamento’, declaró Anders.
Secretos
Con la esperanza de vencer sus pulsiones, Anders ha aceptado que lean sus secretos más inconfesables. Un aparato de Imagen por Resonancia Magnética (IRM) desencripta los estímulos neurológicos mientras él ve imágenes que representan a personas de todas las edades parcialmente vestidas.
Se trata de identificar los marcadores positivos para determinar el riesgo de que el paciente cometa un día agresiones sexuales contra niños’, explica Benny Liberg.
El neuropsiquiatra designa regiones del cerebro activadas durante la sesión: la que controla los sentidos, la que dirige el cuerpo y la responsable de la inhibición de los deseos. ‘Con el tratamiento intentamos cambiar el comportamiento’.
La combinación de Degarelix, de IRM y de conversaciones individuales debe aportar herramientas de diagnóstico y de detección del riesgo del paso al acto. Pero no constituye una cura para la patología, advierten los médicos.
Sólo se evalúa el riesgo. ‘Los tratamientos a más largo plazo como un seguimiento social y una psicoterapia son indispensables’, explica Christoffer Rahm.
La prevención es esencial, habida cuenta de que entre el 80 y el 85 % de las agresiones sexuales a niños se silencian, afirma Stefan Arver, al frente del Centro de Andrología y de medicina sexual del Instituto Karolinska.
Según él, alrededor del 5 % de la población tiene ‘pensamientos y fantasmas con niños en un contexto sexual’, pero son menos los que ceden a sus pulsiones.
Anders empezó a sentirse atraído por los niños cuando tenía unos 15 años. ‘Hace casi dos años, me di cuenta de que tenía que hacer algo al respecto. Pero es tal el estigma que temes que te denuncien a los servicios sociales’.
mayo 08/ 2016 (AFP) Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2016. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.