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Un estudio analiza el potencial de una aplicación tópica de un producto con vitamina C, ácido ferúlico, floretina y vitamina E.
Un estudio de la Universidad de Ferrara, Italia, y el laboratorio SkinCeuticals ha demostrado que la aplicación dérmica de antioxidantes puede ayudar a frenar el daño causado por los radicales libres de la contaminación en la piel, que junto con el sol es responsable del 90% de los signos de envejecimiento.
El trabajo, cuyos resultados se publicarán el próximo mes de junio, ha sido liderado por el investigador Giusepe Valacchi, profesor del Departamento de Ciencias y Biotecnología de la Universidad de Ferrara, y en él se analizó el potencial de una aplicación tópica de un producto con vitamina C, ácido ferúlico, floretina y vitamina E. El producto redujo la oxidación lipídica en un 57 % o la reducción de la inflamación cutánea en un 47 %.
Tal como ha explicado Leonor Prieto, directora científica de Laboratorios La Roche-Posay, «el estrés oxidativo generado por el medio ambiente es dañino en dos niveles, haya que en la superficie es el causante del rostro apagado y, en el interior, provoca arrugas, pérdida de colágeno y aumento de manchas».
Además de los activos antioxidantes analizados en el estudio, existen otros como la carnosina, presente en la piel y clave en la lucha contra la aceleración de las arrugas y en la protección frente a la radiación solar.
mayo 02/ 2016 (JANO)