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Solo una tercera parte de la población mundial logra dormir de forma adecuada, debido al actual ritmo de vida de la sociedad, que han ido menospreciado esta práctica, a pesar de que garantiza un mejor desempeño en la vida diaria.
«Ante estos resultados se estima que los trastornos del sueño comienzan a ser un problema de salud pública, que estaría afectando la salud y la calidad de vida del 45 por ciento de la población», subrayó la especialista en trastornos del sueño, Guadalupe Terán Pérez.
Dormir bien es tener un sueño duradero, profundo y continúo, estos tres elementos en conjunto, garantizan un mejor desempeño en la vida diaria, mencionó.
«El sueño debe tener una duración suficiente para que el cuerpo al día siguiente se sienta restaurado y con energía, también tiene que ser continuo, si un sueño dura suficiente pero tiene muchos despertares, a la mañana siguiente habrá una sensación de cansancio y de fatiga», comentó la especialista.
«También, si el sueño no es profundo, al día siguiente uno se siente mal», destacó Terán Pérez en conferencia de prensa, en el marco del Día Mundial del Sueño que se celebra este viernes.
Por su parte, el director general de la Clínica de Trastornos del Sueño, UAM Iztapalapa, Javier Velázquez Moctezuma, explicó que existen dos elementos principales para determinar el ciclo del sueño y de vigilia.
«Uno es el proceso homeostático, que significa que entre más tiempo se está despierto, se generan más ganas de dormir; el otro es el ritmo circadiano, cuando hay que dormir y cuando hay que despertar, todo esto tienen que ver con la liberación de hormonas y una serie de cosas que pasan en el organismo», destacó.
En el ámbito laboral, dijo, durante los últimos años se ha visto que los turnos rotatorios impactan el ritmo circadiano y la calidad del sueño, dos alteraciones que producen estrés endocrino, oxidativo y disminución de la respuesta inmune, mencionó el directivo.
Estos factores con la mediación de algunas sustancias como la adrenalina, cortison, citosinas, melatonina, llevan al riesgo de padecer algún problema cardiovascular, obesidad, diabetes, infecciones y aceleración de la neurodegeneración.
Entre tanto, el miembro del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, Raúl Aguilar Roblero, explicó que además de saber cuánto tiempo se duerme, es importante tener en cuenta cuándo hacerlo.
«Cada individuo duerme diferente cantidad de tiempo, y tiene necesidades diferentes para ajustar su horario de sueño, de ahí viene el desempeño personal, esto es cuestión de genética, ya que hay gente que no se puede parar o dormir temprano», refirió.
Aguilar Roblero detalló que el horario de verano desde el punto de vista biológico en nuestra región no tiene sentido, ya que estamos cerca del ecuador y la variación es mínima, sin embargo, este suceso tiene mayor sentido en las regiones del norte.
«Voluntariamente no podemos iniciar nuestro sueño una hora antes, no lo intenten, váyanse a dormir una hora más tarde que es la hora de siempre», abundó.
«Nos adaptamos al horario ya que el sol saldrá más temprano, en ciclos de luz y de oscuridad es la señal que le dice a nuestros relojes corporales qué hora es, en el momento que la luz salga más temprano, será de manera natural», agregó.
Ante estos resultados, los especialistas propondrán a las autoridades competentes ajustes a la Ley Federal del Trabajo, en relación a los horarios de trabajo y cambio de turnos.
Marzo 17/ 2016 (Notimex).- Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2016. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.