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Por primera vez, un estudio español realizado con adolescentes y sus padres demuestra que la exposición a la violencia en casa, la falta de una comunicación cálida y positiva entre padres e hijos, y una educación permisiva genera adolescentes narcisistas que agreden a sus progenitores.
El trabajo ha permitido examinar, durante tres años y mediante entrevistas a 591 adolescentes de nueve institutos públicos y once privados de Vizcaya y a sus padres, la relación entre narcisismo y agresiones de hijos a padres.
Los resultados publicados por la American Psychological Association, demuestran que la exposición a la violencia durante el primer año de seguimiento terminaba en agresiones a los padres en el tercer año. Asimismo, una educación fría en el primer año se relacionaba con imágenes narcisistas y sobredimensionadas de los adolescentes en el segundo año, y conllevaban agresiones a padres y madres en el último año.
Para los científicos, las prácticas educativas y de crianza son centrales. Si los progenitores no educan en la responsabilidad y el respeto, es fácil que los hijos desarrollen problemas de conducta agresiva. Si los padres han sido violentos cuando los hijos eran pequeños, aumentan el riesgo de conducta agresiva en los hijos. Una vez que la conducta agresiva ha surgido en los adolescentes, los tratamientos deben intentar reducir la visión narcisista de ellos mismos. Para ello, se sugiere educar en el respeto y en la tolerancia a la frustración, y evitar la exposición a la violencia en los niños y niñas.