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Una investigación sugiere que la exposición a la polución y el hollín en las primeras etapas o en el útero pueden contribuir a aumentar la incidencia de esta enfermedad en la infancia.
Los niveles elevados de contaminación atmosférica son un factor de riesgo para los ataques de asma. En una investigación dirigida por Ulrike Gehring, en la que participaron Josep M. Antó y Elaine Fuertes, investigadores del CREAL, centro aliado ISGlobal, se evaluó la asociación entre la exposición a la contaminación del aire y la incidencia de asma y rinoconjuntivitis en cuatro cohortes de nacimiento de Suecia (BAMSE), Alemania (GINI/LISA del Norte y del Sur), y los Países Bajos (PIAMA). Los resultados se publican en The Lancet Respiratory Medicine.
Los investigadores hallaron que un aumento de la exposición al dióxido de nitrógeno (NO2) y al carbono negro u hollín (cuyo diámetro es inferior a las 2,5 micras) en las direcciones de nacimiento de los participantes aumenta el riesgo de episodios de asma hasta los 14-16 años, pero no de rinoconjuntivitis. Las asociaciones con asma fueron similares en magnitud a otros estudios que relacionan la contaminación del aire con la incidencia de asma.
Los investigadores no observaron ninguna otra asociación entre la incidencia de asma y otras medidas de partículas. “Este estudio es importante porque contribuye a comprender los efectos adversos para la salud de la exposición a la contaminación del aire durante un período crucial de la susceptibilidad al asma”, explicó Fuertes
Los autores combinaron datos de 14 126 participantes de cuatro cohortes de nacimiento. Los resultados demuestran que la exposición a la contaminación del aire a temprana edad contribuye al desarrollo de asma en los niños y los adolescentes.
Una muestra representativa
Los puntos fuertes de este estudio son el gran tamaño de la muestra y el seguimiento durante la adolescencia. Los investigadores hallaron asociaciones positivas tanto en la dirección de nacimiento como en la dirección de la exposición actual, lo que sugiere que la exposición a la contaminación del aire en fases muy tempranas de la vida es
un factor de riesgo para el asma en los niños adolescentes. Los factores de riesgo para el asma son complejos e implican numerosas interacciones gen-ambiente.
“Las exposiciones ambientales pueden afectar tanto al sistema inmune en desarrollo y al desarrollo pulmonar (por ejemplo, afectando al tamaño y la estructura de las vías respiratorias) que puede provocar el asma. Aunque la investigación del asma se centra en gran medida en los mecanismos inmunes e inflamatorios que conducen a la hiperreactividad de las vías respiratorias, en el asma se desarrollan alteraciones en la estructura de las vías respiratorias desde el principio, que tienen el potencial de afectar la inmunidad de la mucosa”, especificó Antón.