El abuso sexual infantil es más común de lo que parece y en la gran mayoría de las veces es perpetrado por personas muy cercanas en las que el o la menor confía y a las que quiere, como padres, tíos, abuelos, hermanos mayores, vecinos y amigos.

De acuerdo con Rosario Alfaro, directora de la organización Asexoría, la mejor medida para prevenirlo no es necesariamente desconfiar de todos, sino reforzar la autoestima de niñas y niños; enseñarles a identificar sus emociones y hablarles de sexo desde edades tempranas.

En entrevista con Notimex, la psicóloga explica que el abuso sexual infantil es cualquier acción que un adolescente o adulto ejerce sobre un menor con el fin de recibir algún estímulo o gratificación sexual, y no es necesario que haya contacto físico o que el perpetrador utilice métodos violentos para lograr su objetivo.

Mostrar pornografía a los niños, o hacer que se desnuden mediante engaños por internet se considera abuso sexual, pues no es necesario que haya contacto físico ni penetración, añadió.

«Los abusadores sexuales suelen ser gente encantadora que se lleva bien con los niños», e incluso el 80 % de los casos ocurre en el hogar.

Además que 27 % de los casos son cometidos por padres biológicos o padrastros, 18 % por tíos, 16 % vecinos o amigos y 7.0 % por algún hermano mayor.

Alfaro señala que el abuso sexual infantil es un problema grave en México, pues se calcula que ocurren 25 mil casos al año. Una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños podría sufrir abuso sexual antes de cumplir los 16 años, estimó.

Regularmente la gente no está preparada para actuar cuando un meno dice que abusan de él, regularmente no le creen y como el abusador generalmente goza de buena fama en el círculo social, se hace más difícil creerle, señala.

Las secuelas que el abuso sexual deja son muy graves, explicó, lesionan totalmente la autoestima y la confianza, generan dudas, culpa y vergüenza en niñas y niños, en muchos casos ocurre reiteradamente a lo largo de la infancia y la cercanía que tiene con su abusador impide que se denuncie.

«Más que desconfiar de todas las personas, lo que hay que hacer es darle a los niños la educación sexual adecuada a su edad y empoderarlos para que puedan hablar del tema», recomienda la experta.

«Los niños y niñas deben saber que una caricia debe de ser en un lugar público, cualquier persona la puede ver y que todo mundo puede saber de ellas».

Las caricias no pueden darse en un lugar oculto ni pueden ser un secreto entre el adulto y el niño, y el niño tiene que saber que aunque haya caricias que puedan sentirse bien por fuera, no son buenas si a la larga lo hacen sentir mal por dentro.

Además propone educar a los niños en varias de las 10 habilidades para la vida que propone la Organización Mundial de la Salud, para prevenir el maltrato y abuso infantil: autoestima, manejo de emociones y sentimientos, comunicación asertiva y desarrollo de la creatividad.

«Cuando un niño sabe eso, no importa con qué adulto esté, va a poder hablar y va a poner un freno. El abuso sexual pude no dejar huella siempre y cuando se trate adecuadamente», añadió.

noviembre 16/ 2015 (Notimex).- Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 Agencia Informativa La-tinoamericana Prensa Latina S.A.

noviembre 18, 2015 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Pediatría, Sexología | Etiquetas: , , |

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