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Un estudio muestra que cada 80 minutos/día (suponiendo que se está despierto 16 horas al día) de aumento en la duración del sedentarismo se asocian con un 20 % más de probabilidad de enfermedad renal crónica (ERC).
Ser sedentario durante mucho tiempo al día puede ser un factor de riesgo para la enfermedad renal crónica, según revela un estudio que se presenta en la Semana del Riñón ASN, que se celebra del 3 al 8 de noviembre en el Centro de Convenciones de San Diego, en California, Estados Unidos.
El sedentarismo (realizar actividades en la posición de sentado o acostado que apenas elevan el gasto de energía por encima de nivel de reposo) es comúnmente confundida con la inactividad física (falta de actividad física moderada/vigorosa). El sedentarismo es un factor de riesgo importante para la diabetes, la hipertensión y la obesidad, pero no está claro si también aumenta el riesgo de enfermedad renal crónica.
Por ello, Dominique Ferranti y Srini Beddhu, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, y sus colegas examinaron este tema en 5.873 adultos en los que se midió la intensidad y la duración de sus actividades físicas.
Los investigadores encontraron que cada 80 minutos/día (suponiendo que se está despierto 16 horas al día) de aumento en la duración del sedentarismo se asocia con un 20 % más de probabilidad de enfermedad renal crónica. Esta asociación fue independiente de la duración de la actividad física moderada/vigorosa, la demografía, la enfermedad arterial coronaria, la insuficiencia cardiaca congestiva, la enfermedad pulmonar y las limitaciones de movilidad.
Por otra parte, esta relación se mantuvo incluso después de ajustar por la diabetes tipo 2, la hipertensión y la obesidad. «El comportamiento sedentario, que no es la mera falta de actividad física moderada/vigorosa, es probable que sea un factor de riesgo independiente para la enfermedad renal crónica», afirma Beddhu.
«Tiene que probarse si el comportamiento sedentario afecta a la progresión de la enfermedad renal crónica, y por lo tanto, aumenta el riesgo de enfermedad renal en etapa terminal. Por lo tanto, se necesita realizar intervenciones dirigidas a la conducta sedentaria para frenar la progresión de la enfermedad renal crónica», propone este experto.