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Un estudio reciente publicado en JAMA Neurology , ha concluido que la esclerosis múltiple progresa más rápidamente en las personas que siguen fumando en comparación con aquellas que dejan de fumar tras el diagnóstico. El estudio demuestra que reducir el hábito puede mejorar la calidad de vida del paciente y retrasar varios años la aparición de la fase secundaria progresiva de la enfermedad.
En la investigación participaron 728 pacientes suecos con esclerosis múltiple que fumaban en el momento del diagnóstico. Algunos pacientes siguieron fumando mientras que otros dejaron de hacerlo en el término de un año. Cada año adicional con el hábito de fumar después del diagnóstico de esclerosis múltiple aceleraba en un 4,7% el momento de aparición de la fase secundaria progresiva de la enfermedad. Las personas que continuaron fumando después del diagnóstico presentaron la fase secundaria progresiva de la esclerosis múltiple a una edad media de 48 años, en comparación con la edad media de 56 años en la que se presentó la fase secundaria progresiva en aquellos que dejaron de fumar.
El estudio se suma a las evidencias de que fumar es un factor de riesgo importante, aunque modificable, de la esclerosis múltiple