La alteración en los neutrófilos a través de la microbiota podría servir para tratar la anemia falciforme.

El último capítulo de la historia que está escribiendo la microbiota en enfermedades muy diversas tiene por protagonista a la anemia falciforme. La administración de antibióticos podría ayudar a prevenir las crisis vasooclusivas de la drepanocitosis y reducir así las complicaciones a largo plazo de esta enfermedad, tales como el fallo orgánico. De hecho, esta estrategia podría ser útil también en varias afecciones inflamatorias de los vasos, incluido el choque séptico.

Así, un trabajo preliminar, en ratones, que se publica en «Nature», apunta que la modificación de la microbiota intestinal podría disminuir las crisis causadas por la anemia falciforme y, por tanto, impedir el daño en los órganos.

Paul Frenette, director del Instituto de Investigación en Medicina Regenerativa y Células Madre de la Facultad Albert Einstein (Nueva York), es el primer autor de este estudio. En 2002, el grupo de Frenette averiguó que el bloqueo del flujo sanguíneo en los vasos, típico de la anemia falciforme, ocurría cuando los glóbulos rojos afectos se unían a los neutrófilos a su vez adheridos a las paredes vasculares, lo que explicaba la obstrucción. En aquel trabajo ya se indicaba que no todos los neutrófilos exhibían el mismo grado de inflamación. Algunos permanecían inactivos.

Para determinar qué razones explicaban esa diferencia, estos científicos indagaron en la edad de las células y hallaron que, en efecto, los neutrófilos se convertían en más activos (proinflamatorios) cuanto más tiempo llevaban en la circulación sanguínea.

Ahora, este equipo de investigadores demuestra que el factor de la edad, clave en el proceso de obstrucción vascular en esta anemia, está determinado por la microbiota.

Así se observa en los ratones con drepanocitosis, en los que se constata la presencia de cinco veces más cantidad de neutrófilos «añosos» que en los animales sanos. Al destruir la microbiota de los roedores enfermos, también se redujeron los neutrófilos y, por consiguiente, la relación entre estos glóbulos blancos y los rojos, lo que supuso una mejoría en el flujo sanguíneo y en la supervivencia de los animales.

Este control de los neutrófilos proinflamatorios a través de la modificación de la microbiota también podría ser útil en otras enfermedades como el choque séptico, destacan los autores, entre otras enfermedades inflamatorias de la sangre. Estos hallazgos preclínicos se han corroborado con muestras sanguíneas de pacientes pediátricos: los niños que recibían tratamiento con penicilina presentaban un número menor de neutrófilos «añosos».

«La penicilina diaria en los pacientes con anemia falciforme menores de cinco años previene infecciones», dice Frenette. «Nuestro estudio sugiere que la penicilina y otros antibióticos podrían tener beneficios aún más amplios en pacientes mayores». Así esperan demostrarlo en un próximo ensayo clínico.
septiembre 17/2015 (Diario Médico)

Leer en:

Neutrophil ageing is regulated by the microbiome

The initial state of the human gut microbiome determines its reshaping by antibiotics

septiembre 18, 2015 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Hematología | Etiquetas: , , , |

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