Investigadores estadunidenses encontraron que impulsar, por medio de rayos de luz, la actividad en las neuronas que almacenan recuerdos de las experiencias positivas podría contribuir al tratamiento de la depresión.

De acuerdo con los resultados preliminares de un estudio realizado con ratones, un breve estímulo de las células cerebrales que graban los recuerdos felices invierte los estados depresivos, lo cual abriría el camino al desarrollo de futuras terapias para los seres humanos.

Para su investigación, neuro científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Cambridge, juntaron a ratones machos con hembras para que las células en el hipocampo -área del cerebro relacionada con la memoria- guardaran recuerdos positivos de esa convivencia.

A continuación, separaron a los ratones y los sometieron a una dosis estresante durante 10 días, con dos o tres horas de confinamiento cada día, frente a lo cual los roedores mostraron un comportamiento similar a la depresión, como no reaccionar cuando les jalan la cola.

Las personas con depresión suelen evocar recuerdos positivos para enfrentar su enfermedad, sostiene el neurocientífico Susumu Tonegawa, autor principal de la investigación publicada en la revista especializada Nature.

Los tratamientos como la psicoterapia y la medicación ayudan en algunos casos, pero no en todos, reconoce.

Los investigadores manipularon los recuerdos de los ratones utilizando una técnica conocida como «optogenética», que implica a la ingeniería genética para instalar un switch en las células del hipocampo, que pueden ser activados por la luz que brilla en el interior del cerebro.

Cuando los interruptores activaron las neuronas positivas, los síntomas de desánimo de los ratones se invirtieron en cuestión de minutos.

Al principio, los investigadores observaron beneficios sólo de corta duración, que parecían encender y apagar con la estimulación de la luz, efectos que persistieron durante cinco días consecutivos.

Para el sexto día, los ratones mostraron una mejor motivación y comportamiento como buscar el placer, incluso después de que cesaron los estímulos de luz. «Hemos sido capaces de curar la depresión de los animales», afirma Tonegawa.

Aunque estos resultados son preliminares, sugieren que las áreas del cerebro involucradas directamente en la memoria podrían aprovecharse para tratar trastornos mentales que sufren las personas, dice.

El neurocientífico confía en que esta tecnología mejorará en un futuro y permitirá estimular la actividad cerebral positiva más directamente, pero admite que «quiero ser muy cuidadoso y no ofrecer falsas expectativas a los pacientes».

junio 21/2015 (Notimex).-

Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

 

junio 22, 2015 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Especialidades, Fisiología, Ingeniería Biomédica, Investigaciones, Neurología | Etiquetas: , , , |

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