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La esclerectomía no perforante mejora resultados en glaucoma de ángulo abierto frente a trabeculectomía, según los expertos participantes en un curso.
La esclerectomía no perforante está asentándose en el abordaje del glaucoma de ángulo abierto frente a trabeculectomía, dado que resulta menos agresiva y los resultados quirúrgicos son equiparables.
Así se ha puesto de relieve en el Curso de Actuación en Glaucoma, organizado por el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, en Oviedo, y en el que han participado expertos nacionales e internacionales que han presentado los avances en cuanto a fisiopatología y genética del glaucoma, así como en su diagnóstico y tratamiento.
Luis Fernández-Vega, director del instituto y catedrático de Oftalmología de la Universidad de Oviedo, ha expuesto las ventajas de la esclerectomía no perforante frente a la trabeculectomía: «La primera opción es mucho menos agresiva y nosotros la estamos aplicando ya en el 90 % de los casos de glaucoma de ángulo abierto, con muy buenos resultados y efectividad similar a la opción tradicional, que dejamos para el glaucoma de ángulo cerrado».
La incidencia del glaucoma se sitúa en el 2 % de la población de más de 40 años y el dato aumenta hasta casi el 10 % entre los mayores de 65 años. No obstante, únicamente están diagnosticados entre un 30 y un 40 % de los casos, es decir, «más de un 50 % de quienes tienen esta enfermedad no lo saben lo cual refleja un infradiagnóstico importante», según ha indicado Fernández-Vega.
La razón está relacionada con el hecho de que se trata de una enfermedad silenciosa, no dolorosa y con una sintomatología poco relevante hasta que está avanzada y el campo visual ya muy limitado. Se suele diagnosticar cuando ya se han perdido más de una cuarta parte de las células ganglionares de la retina.
Y ello a pesar de que el diagnóstico precoz determina el pronóstico porque «cuanto antes empezamos a tratar al paciente mejores resultados obtenemos». Por ello, en el curso se puso de relieve la importancia de una medición precisa de la tensión ocular en las revisiones oftalmológicas y del estudio del nervio óptico, según Pedro Rodríguez Calvo, codirector del curso.
Otro de los factores importantes en el diagnóstico es la paquimetría, es decir, la medición del espesor corneal «porque sabemos que si es alto el ojo va a tolerar mejor las presiones».
En cuanto a avancen en el diagnóstico, Luis Fernández-Vega ha incidido en que «cada vez estamos realizando campos visuales más precisos y más objetivos». Los nuevos equipos de OCT para el estudio de capas de fibras nerviosas permiten anticipar el diagnóstico «aunque no haya clínica de glaucoma».
Marcadores
El glaucoma es una enfermedad con un componente genético y «una herencia compleja» sobre la que cada vez se van conociendo más datos que también hay que tener en el diagnóstico. Otro campo que está mejorando la detección está relacionado con los biomarcadores. «Cada vez se conocen más y nuestro instituto ha contribuido a esta investigación con un hallazgo que ha dado lugar a una patente y que nos permite mejorar el diagnóstico a través del estudio de proteínas, particularmente en un tipo de glaucoma como es el pseudoexfoliativo», ha señalado Luis Fernández-Vega.
Para el establecimiento de este panel de biomarcadores el Instituto Fernández Vega ha trabajado con un conjunto de 35 proteínas.
Con respecto a los tratamientos farmacológicos, en el curso se ha señalado que la incorporación de dos principios en un mismo colirio está facilitando el cumplimiento terapéutico. Además, se ha resaltado que el hecho de que las nuevas fórmulas no incorporen conservantes, «mejora la superficie ocular, evita alteraciones en la misma, reduce el riesgo de conjuntivitis crónica y sitúa al ojo en mejores condiciones cuando posteriormente es necesaria cirugía», ha indicado Rodríguez Calvo.
La indicación del láser gana precisión
En el curso también se presentaron los avances en lo que a la aplicación del láser se refiere, relacionados, sobre todo, con una mayor precisión en las indicaciones. Por ejemplo, en glaucoma pseudoexfoliativo, «para actuar sobre los pequeños grumos que suelta la cápsula del cristalino y que obstruyen la vía de evacuación del humor acuoso. En esta situación sabemos que el láser es eficaz, si bien sabemos también que esa eficacia no se mantiene en el tiempo, con lo que constituye un escalón intermedio de actuación antes de llegar a la cirugía», según Rodríguez Calvo.
abril 30/2015 (Diario Médico)