La actividad física regular reduce el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, demencia y algunos tipos de cáncer, pero no influye en la pérdida de peso, por lo que se requiere una dieta sana para combatir la obesidad.

Especialistas internacionales decidieron romper el mito del ejercicio y afirman que en la actualidad la mala alimentación genera más enfermedades crónicas como la obesidad, que la inactividad física, el alcohol y el tabaquismo combinados.

Un informe reciente de la Academy of Medical Royal Colleges describe la cura milagrosa de realizar 30 minutos de ejercicio moderado, cinco veces a la semana, como más poderoso que muchos fármacos administrados para la prevención y control de enfermedades crónicas.

Sin embargo, en los últimos 30 años la obesidad se ha disparado pese a los pocos cambios que se han registrado en los niveles de actividad física en la población occidental, lo cual sugiere que el aumento de peso se deriva del tipo y la cantidad de calorías consumidas.

La epidemia de la obesidad representa sólo la punta de un iceberg mucho más grande de consecuencias adversas para la salud que son producto de la mala alimentación, sostienen los expertos en un editorial de la revista British Journal of Sports Medicine.

Aunque el ejercicio es una parte importante para la prevención de enfermedades crónicas, su impacto en la obesidad es mínimo pues en ésta son determinantes el exceso de azúcares y carbohidratos, precisan los especialistas.

Atribuyen el alto índice de obesidad a la industria alimentaria por fomentar la creencia de que el ejercicio contrarresta el impacto de una alimentación poco saludable. Incluso comparan sus tácticas como peligrosamente parecidas a las de grandes tabacaleras.

Los expertos aseguran que la promoción de las bebidas azucaradas y la comida chatarra, vinculada al deporte, debe terminar.

Indican que hay evidencias de que hasta un 40 % de personas dentro de un rango de peso normal podrían albergar anormalidades metabólicas típicamente asociadas con la obesidad, debido a una mala alimentación.

Una persona obesa no tiene que hacer ni un ápice de ejercicio para bajar de peso, sólo tiene que comer menos y mejor, afirma el cardiólogo británico Aseem Malhotra.

El médico especialista se dice preocupado por publicidad que dice a las personas que pueden comer lo que quieran siempre y cuando hagan ejercicio.

Lo más recomendable es una dieta balanceada sana combinada con la actividad física, añaden.

abril 23/ 2015 (Notimex).-

Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

 

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