En el mundo, 2.5 millones de personas padecen oclusión de la vena central de la retina (OVCR), y más de 90 % de los casos ocurren en pacientes mayores de 50 años.

El padecimiento, causa de ceguera, es una obstrucción del flujo de sangre, en la parte posterior del ojo, que provoca que las paredes de la vena central dejen escapar sangre y fluidos dentro de la retina.

En el taller «Mira lo que viene, mira más allá», especialistas en oftalmología indicaron que los síntomas de la enfermedad son disminución de la agudeza visual y visión borrosa y/o distorsionada.

El director científico de la Fundación Oftalmológica Nacional de Colombia, Francisco Rodríguez, destacó la importancia del diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, que pueden ser la diferencia entre la pérdida de la visión o la posibilidad de detener e incluso revertir el deterioro.

La pérdida de la visión asociada con la OCVR generalmente no duele y es repentina, y hasta una cuarta parte de los pacientes tienen el tipo más severo de la enfermedad, lo cual los pone en un mayor riesgo de ceguera.

Este mal ocurre por lo general en un ojo y la probabilidad de que se presente en el otro en menos de dos años es de 7.7 %, y de 11.9 % en menos de cuatro años.

La oclusión puede ser causada por la compresión de la vena central o por un coágulo sanguíneo, el cual puede surgir en cualquier parte del cuerpo y causar ceguera, entre otras consecuencias.

Las responsables médicas de oftalmología en Argentina y Brasil, de la farmacéutica Bayer, Gabriela Gay y Cecilia Achcar, respectivamente, exhortaron a la población a someterse a un examen a fondo al menos una vez al año para descartar alguna alteración en la función visual.

Indicaron que quienes padecen diabetes, glaucoma e hipertensión tienen mayor riesgo de padecer oclusión de la vena central de la retina.

En el taller, organizado por la farmacéutica alemana, expresaron que entre los tratamientos más efectivos está la inyección de antiangiogénico, el cual previene la formación de vasos sanguíneos anormales dentro del ojo.

También la fotocoagulación panretiniana, mediante la cual se eliminan partes externas de la retina, siendo esta última para casos muy graves.

Los antiangiogénicos los deben aplicar los especialistas, en un sitio estéril como el quirófano, con anestesia local. Es una técnica no dolorosa y el proceso tarda aproximadamente cinco minutos.

En el primer mes se deben aplicar tres o más dosis, dependiendo de lo avanzado de la enfermedad, y seguir con una dosis bimestralmente durante algunos años.

abril 16 / 2015 (Notimex).-

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