Las personas mayores de 40 años experimentan cambios visuales que se manifiestan por la dificultad para leer, situación que los obliga a utilizar lentes pregradudados, a este padecimiento se le conoce como presbicia, por lo que especialistas recomiendan ir al oftalmólogo.

El doctor Michael Mahr, de Oftalmología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, indica que es importante realizar un examen de los ojos después de cumplir 40 años para saber si es necesario utilizar anteojos o revisar si existen otros males.

Y es que a medida que las personas envejecen, los ojos de manera gradual pierden la capacidad de enfocar los objetos cercanos, problema que comienza cuando el individuo cumple 40 años y continúa su progreso hasta los 65 años, explica Mahr en un comunicado.

«La presbicia, para casi todos, es parte normal del envejecimiento y dicho proceso continúa con o sin anteojos», señala el especialista.

Agrega que en el caso de las personas que no necesitan lentes graduados debido a otros problemas de la vista, como miopía, hipermetropía o astigmatismo, los lentes de lectura pregraduados que ya usan es probable que sea todo lo que necesiten.

El oftalmólogo explica que la potencia de la mayoría de lentes de lectura pregraduados y de venta libre oscila entre +1 dioptría y +3 dioptrías, por lo que para seleccionar los anteojos adecuados se debe empezar con la potencia más baja e ir aumentando hasta encontrar la ampliación que permite leer con facilidad.

«Cuando los lentes de lectura pregraduados provocan dolor de cabeza, entonces lo recomendable es un examen de los ojos», indica.

La Academia Americana de Oftalmología recomienda que los adultos sin anteojos graduados, no presenten síntomas y con sólo bajo riesgo de ciertas enfermedades oculares, como glaucoma, se realicen un examen para establecer valores basales alrededor de los 40 años.

De allí en adelante, entre los 40 y los 54 años, se sugiere un examen cada dos o cuatro años; entre los 55 y los 64 años, cada uno a tres años; y a partir de los 65 años, cada uno o dos años.

En caso de que las personas tengan antecedentes familiares de glaucoma, otras enfermedades oculares o factores de riesgo para problemas de los ojos, entonces debe examinarse con más frecuencia.

En ese caso, lo normal sería cada dos o cuatro años hasta los 40 años, cada uno o tres años entre los 40 y los 54 años, y cada uno o dos años a partir de los 55 años.

Los exámenes periódicos sirven para verificar la salud de los ojos porque permiten detectar los problemas oportunamente, en ocasiones antes de que la persona se percate de alguna diferencia en la visión.

El doctor Mahr dijo que si existe pérdida de la vista en un ojo repentinamente, o la visión se torna borrosa o nublada de pronto, o hay destellos de luz, puntos negros o halos alrededor de las luces, se debe acudir al médico de inmediato.

Esos problemas pueden ser síntomas de una afección grave, tal como glaucoma, accidente cerebrovascular o desprendimiento (desgarre) de la retina.

Cuando los cambios en la visión empiezan a interferir con la capacidad de realizar las actividades cotidianas, o ya no se puede leer fácilmente sin anteojos graduados, los especialistas recomiendan realizar una cita de inmediato con un oftalmólogo.

abril 15/ 2015 (Notimex).-

Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

abril 20, 2015 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Oftalmología, Oftalmopatías | Etiquetas: , , , , |

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