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Un consorcio internacional con representación española está desarrollando un proyecto para introducir tratamientos alternativos para la escoliosis idiopática del adolescente (EIA) que no impliquen una fusión vertebral amplia para corregir la deformidad escoliótica, preservando el rango fisiológico de movimiento de la columna vertebral. El proyecto StimulAIS (el acrónimo responde a las siglas inglesas de estimulación de la Adolescent Idiopathic Scoliosis AIS) se basa en la electroestimulación de los músculos rotadores paraespinales profundos, una técnica conocida como estimulación eléctrica funcional (EEF).
El punto de partida del mismo se centra en los recientes hallazgos que muestran que la EIA es una expresión musculoesquelética de un trastorno del sistema nervioso central; es decir, es una enfermedad neurológica. «La disfunción neurológica afecta a los músculos paraespinales profundos, induciendo un desequilibrio de fuerzas que actúan sobre los segmentos vertebrales», ha apuntado Carlos Barrios, director del Instituto Universitario de Investigación en Enfermedades Músculo-Esqueléticas de la Universidad Católica de Valencia (UCV).
Umbral de seguridad
A partir de esta premisa, el proyecto ha desarrollado un dispositivo programable para sensar y estimular los músculos clave, así como el software para modularlo satisfaciendo los umbrales de seguridad integrados. Para implantar el dispositivo, que debe proporcionar tratamientos personalizados a cada paciente, se ha desarrollado el instrumental quirúrgico mínimamente invasivo, apropiado para poder colocarlo de forma subcutánea.
Los hallazgos alcanzados en la fase de investigación han permitido incorporar un protocolo de estimulación que permite que el dispositivo se adapte en tiempo real a los datos que recibe haciendo que los tratamientos sean, por lo tanto, más eficaces.
En la práctica, ha explicado Barrios, «el sistema incluye un estimulador implantable en el tejido subcutáneo de uno de los flancos del paciente.
Al estimulador se le acoplan seis cables con electrodos que se pasan también subcutáneamente hasta la musculatura posterior rotadora profunda de ambos lados de la columna. Periódicamente, se carga el dispositivo acercando a la superficie corporal un cargador específicamente diseñado para ello, y mediante un lector-transmisor de datos se fija el programa de estimulación tras obtener los datos electromiográficos de sensado».
Estimulación
Además, se ha diseñado un programa que controla «tanto el análisis de las señales del EMG como la duración e intensidad de la estimulación». El proyecto de investigación está pendiente de tener las autorizaciones correspondientes para un ensayo clínico en pacientes, pero las pruebas experimentales han sido muy positivas.
Según los estudios realizados en animales, a partir de la inducción de una escoliosis en ellos, el periodo de estimulación no comportará nada más que unas 8-10 horas al día.
Impacto psicológico y físico con un abordaje complejo
La escoliosis idiopática del adolescente (EIA) afecta al 2-3 % de los niños de edades comprendidas entre los 10 y 16 años, siendo más frecuente en niñas (con una proporción de diez a una). Además de los evidentes signos físicos derivados de la visible deformidad vertebral, la EIA puede provocar trastornos psicológicos y problemas emocionales (baja autoestima, mala imagen corporal) que reducen considerablemente la calidad de vida de los pacientes. Aunque el corsé ha sido un pilar básico en los tratamientos no quirúrgicos durante casi cincuenta años, algunos estudios sugieren que esta técnica solo es capaz de detener la progresión de la curvatura, pero no tiene la capacidad de reducir la deformidad.
Largo plazo
Además, el uso del corsé muchas veces condiciona o potencia trastornos psicológicos en los pacientes que lo usan durante largos periodos de tiempo. Por otra parte, la agresiva cirugía que requieren aquellos pacientes que desarrollan curvas de la columna de gran magnitud o con una progresión rápida y significativa de la curvatura, corrige la deformidad, pero fusiona la columna vertebral y elimina su función, lo cual causa complicaciones a largo plazo.
abril 16/2015 (Diario Médico)