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Un estudio muestra que, como norma general, un mayor consumo de café se halla inversamente asociado con el riesgo de desarrollar este cáncer, con un 20 % menos de probabilidad para los que consumían 4 tazas al día o más.
Una investigación dirigida por Erikka Loftfield, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, ha establecido una relación entre el consumo de café y un menor riesgo de desarrollar melanoma maligno.
Algunos epidemiológicos y preclínicos habían sugerido que el consumo de café tiene un efecto protector frente a los cánceres de piel no melanoma, pero no estaba tan claro el efecto protector para el melanoma cutáneo (maligno e in situ).
El trabajo ha tratado de determinar si existe o no una asociación entre el consumo de café y el riesgo de melanoma cutáneo. Así, ha revisado información sobre el consumo de café de 447 mil 357 personas. Todos los sujetos incluidos en el análisis estaban libres de cáncer al inicio del estudio y los autores ajustaron los datos por exposición ambiental a la radiación ultravioleta, el índice de masa corporal, edad, sexo, actividad física, y consumo de alcohol y tabaco.
El estudio se ha publicado en Journal of the National Cancer Institute (2015); doi:10.1093/jnci/dju421
. Los resultados mostraron que, como norma general, un mayor consumo de café se asoció inversamente con el riesgo de melanoma maligno, con un 20 % menos de riesgo para los que consumían 4 tazas al día o más.
También hubo una tendencia hacia una mayor protección con la ingesta superior, con un creciente efecto de protección desde una taza o menos a cuatro tazas o más.
Los investigadores observaron que el efecto era estadísticamente significativo para los casos en los se bebía café con cafeína pero no para el descafeinado.
Además, la protección conferida se centraba solo en el melanoma maligno, pero no en el melanoma in situ, que puede tener una etiología diferente.