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El año en que se nace podría afectar a la actividad de un gen que podría aumentar la propensión a la obesidad, según un estudio reciente.
Los miembros de familias que comparten una mutación con una propensión a la obesidad del gen FTO tienen más probabilidades de tener peso en exceso si nacieron después de 1942, hallaron los investigadores.
«En su familia, su padre podría haber nacido en 1920 y usted después de 1942, y los dos podrían tener el mismo aspecto, y solamente por la comida y el ambiente que usted tenga, usted tendrá un IMC mayor que el de su padre», dijo el autor principal, el Dr. James Niels Rosenquist, instructor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y psiquiatra en el Hospital General de Massachusetts, en Boston. El IMC (índice de masa corporal) es una medida estándar del peso y la estatura.
Según los investigadores, los estudios anteriores han relacionado las variaciones del gen FTO con la propensión al sobrepeso y la obesidad. Por ejemplo, los investigadores federales a principios de este año reportaron que las personas con una mutación del gen FTO son más propensas a comer alimentos ricos en calorías o grasos conforme envejecen, en comparación con las personas sin dicha mutación.
Aunque el estudio no pudo probar la existencia de un vínculo causal, los hallazgos sugieren que los cambios en la cultura estadounidense podrían estar fomentando la obesidad vinculada con la mutación del gen FTO.
Para tener una perspectiva multigeneracional sobre el riesgo de obesidad, los investigadores se basaron en el Estudio Cardíaco de Framingham (Framingham Heart Study), un estudio de décadas de duración realizado con más de 10 000 padres, hijos e incluso nietos de la ciudad de Framingham, en Massachusetts.
Se ha secuenciado el ADN de aproximadamente dos tercios de los más de 5100 hijos nacidos de los participantes originales de Framingham. Esto permitió al equipo de investigación determinar qué familias portaban las versiones del gen FTO que eran propensas a la obesidad.
Los investigadores compararon los genes de las personas con los cambios en las medidas del IMC tomadas a lo largo del tiempo, y luego compararon eso con el año en que nacieron los participantes.
El equipo de Rosenquist no halló ningún vínculo entre el gen FTO y la obesidad en las personas nacidas antes de 1942. Sin embargo, encontraron un vínculo muy firme entre el gen y la obesidad en los nacidos después de 1942, un vínculo que era el doble de fuerte que el reportado en estudios anteriores.
El Dr. Mitchell Roslin, jefe de cirugía para la obesidad del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, afirmó que la ciencia empieza a mostrar que los genes por sí mismos podrían no determinar el destino de una persona. En lugar de eso, los genes a menudo parecen responder a las influencias externas, de modo que se produce una combinación del ambiente y la genética.
«Aunque el código genético está determinado, los factores del ambiente que afectan a los genes determinan el modo en que se expresan (se activan)», explicó Roslin. «La obesidad parece ciertamente determinada en gran medida por estos factores. Los experimentos en animales han mostrado que cuando se alteran los alimentos dados a las madres embarazadas, la propensión a la obesidad en las crías cambia. Los estudios como este muestran que en los seres humanos ocurre algo parecido».
El nuevo estudio no pudo indicar ninguna diferencia específica en Estados Unidos antes y después de la Segunda Guerra Mundial que pudiera afectar al gen FTO y crear un aumento del riesgo de obesidad. Pero Rosenquist cree que los estilos de vida cada vez más sedentarios de los estadounidenses, un cambio desde la mano de obra manual a una economía de servicios y un mayor acceso a los alimentos ricos en calorías podrían estar influyendo.
«Los hallazgos dan crédito a la creencia de que nuestra epidemia de obesidad actual puede estar vinculada con cambios ambientales importantes que se han producido más o menos en los últimos 50 años», añadió Christine Santori, dietista registrada y gestora de programas del Centro de Gestión del Peso del Hospital Syosset de North Shore-LIJ, en Syosset, Nueva York.
«El estudio no identifica qué factores están relacionados específicamente con la expresión genética, pero uno puede observar los cambios en nuestra mano de obra, el estilo de vida sedentario, cómo se elabora nuestra comida y nuestro consumo de alimentos ricos en calorías muy procesados como objetivos para la investigación futura», señaló.
Los hallazgos aparecen en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.(doi:10.1073/pnas.1411893111 )
diciembre 31/2014 (Medlineplus)
James Niels Rosenquista,Steven F. Lehrerb,A. James O’Malleyd,Alan M. Zaslavskye,Jordan W. Smollerf, Nicholas A. Christakis.Cohort of birth modifies the association between FTO genotype and BMI.PNAS. Dic 29, 2014