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Al menos un 30 % de los casos de epilepsia tienen su causa en una mutación genética, según los datos presentados por los especialistas de la Unidad de Epilepsia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz-IDCsalud.
Al menos un 30 % de los casos de epilepsia tienen su causa en una mutación genética, si bien la mayoría de los pacientes comienzan a padecer las crisis tras sufrir una lesión cerebral que puede estar motivada por diversas causas como tumores, ictus, traumatismos, infecciones, cicatrices o meningitis previas, según los datos presentados por los especialistas de la Unidad de Epilepsia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (FJD)-IDCsalud.
Los avances registrados en los últimos años en test genéticos y la posibilidad de recurrir a fármacos, está cambiando la realidad de esta enfermedad, sobre la que siguen existiendo numerosos estereotipos en la sociedad, según José María Serratosa, director de la Unidad de Epilepsia y jefe de Neurología de la FJD.
Gracias a los fármacos, el 70 % de los pacientes está controlado. «Tenemos muchos fármacos y tratamientos novedosos para tratar la enfermedad. Con los medicamentos controlamos el 70 % de los pacientes, que no vuelven a tener problemas. El 30 % son fármacorresistentes y tienen que probar varios medicamentos hasta que encuentran uno que les funciona; si no consiguen beneficios con ninguno de convierten en candidatos a la cirugía», ha afirmado Serratosa.
De las 400 000 personas en España que sufren epilepsia, solo un 10 % de ellas son candidatas a cirugía. Esta operación, según jefe de la Unidad de Neurocirugía de la FJD, Julio Albisua, es efectiva en torno al 80 % de los casos.
Existen dos tipos de cirugía para tratar esta patología: la primera consiste en la extirpación de la zona del cerebro responsable de las crisis, mientras que la otra persigue intervenir en los mecanismos de generación de las crisis para reducir su número o su severidad. «Cuando sabemos cuál es la zona donde se producen las crisis y la logramos eliminar, el 80 % de los pacientes deja de sufrir crisis para siempre», señala Albisua, quien ha destacado que la principal causa de intervención es una lesión en el hipocampo denominada esclerosis temporal mesial.
Para acabar con los prejuicios y aumentar el conocimiento sobre esta patología Serratosa y otros especialistas de la Unidad de Epilepsia han editado el libro Afrontando la epilepsia.
Hoy en día muchas personas no saben cómo actuar cuando presencian una crisis epiléptica convulsiva por lo que este libro, que ha sido editado en colaboración con la Asociación Purple Day España, explica qué medidas hay que tomar para evitar daños al paciente cuando sufre una crisis convulsiva.
En estos casos no hay que meter ningún objeto en la boca del paciente por la fuerza; hay que tumbarle con cuidado de lado; no sujetarlo; desabrochar la ropa si es ajustada; evitar corros alrededor del paciente; quitarle las gafas u otros objetos que tenga en la mano y puedan dañarlo y finalmente dejar que se recupere durmiendo sin despertarle.
Sin embargo, no todas las crisis cursan con convulsiones, ya que existen otras en las que el paciente se queda ausente, con detención de la actividad motora; y otras parciales que se caracterizan por causar espasmos en los diferentes miembros.
Por ello, los especialistas consideran que, en muchos casos de crisis epilépticas, lo mejor es tomar las medidas descritas anteriormente y esperar a que pasen las convulsiones, siendo necesario avisar a un médico si dura más de 5 minutos o si se encadenan varias crisis seguidas.
diciembre 23/2014 (Diario Médico)